Llegar a la escuela, tarde o temprano, ver el patio lleno de alumnado
que se empujan, conversan en fila, nadie respeta al Himno Nacional
entro a mi aula desordenada y escucho clases ultramemoristas
de profesores malpagados que nos miran como a ganado uniformado.
-¡Caos en la escuela! (4).
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Hacen falta escuelas mixtas, chicos y chicas están separados
como si fueran lobos y ovejas, rezagos del clero feudal
que levantan oscuros tabúes, ha aumentado la masturbación...
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Nos enseñan la historia oficial, escrita por hombres blancos y burgueses
creémos ser muy patriotas si odiamos al país vecino
las clases de ciencia y matemática están totalmente desactualizadas
no sabemos ni nuestro idioma y nos imponen el inglés.
-¡Caos en la escuela! (4).
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De poco sirve que opinemos, pues nadie nos querrá hacer caso
es peor si tenemos ideas progresistas
¡estamos condenados a la marginación!
La escuela es una fábrica de seres ignorantes subordinados
sin criterio ni una propia identidad.
-¡Caos en la escuela! (8).
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Para la mayoría de los subtes, la nostalgia de los conciertos, pogos y borracheras adolescentes va unida a los recuerdos de la secundaria. Era inevitable que en los colegios -fuesen estos nacionales o particulares- existiesen dos, cinco, diez, veinte o más desadaptados o inconformes que se hacían notar entre todo el alumnado por poseer una actitud diferente, no vestir jamás a la moda, manejar un rollo híper crítico contra el "sistema alienado" y oir una música de mierda que a nadie más gustaba. "Son pankekes", señalaba el resto, y uno sentía la emoción de saberse diferente, no ser uno más del montón y tener una identidad propia. Eran los años previos a la masificación de la protesta, desatada por el grunge y el (dizque) «rock alternativo» en todo el mundo, cuando vestir de negro y usar botas militares (chancabuques) te hacía sentir parte de una minoría orgullosa, irreverente y contestataria.
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El tiempo no pasa en vano y esta nueva sección del blog nace, precisamente, para rendir homenaje a aquellos días y recordar a los compañeros de ruta en el colegio, a muchos de los cuales, probablemente, no vemos hace ya casi dos décadas. Y como no podía ser de otra manera, el homenaje empieza por casa: las fotos que vienen a continuación retratan la despedida de un pequeño sector de la promoción 1989 del Colegio Nacional Federico Villarreal, de Miraflores, en su entonces nueva sede institucional (de ahí la precariedad que se observa en algunos ambientes). Medio colegio provenía de Surquillo y el propio Miraflores, en tanto que la otra mitad lo era de los distritos del Cono Sur (San Juan, Villa María y Villa El Salvador).
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En las tres únicas fotografías que conservo, se aprecia el salón de clases con los nombres de «El Hueco» y «Eutanasia» escritos en la pizarra, mientras la gente poguea brutalmente como si estuviera en un concierto subte verdadero. Quiero mencionar, especialmente, a dos amigos: los patas que aparecen a la derecha en la tercera foto saludando frente al patio del colegio, Cristian Murillo, quien fuera luego bajista de Desastre Social, y Silva (camisas blanca y negra, respectivamente).
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7 comentarios:
Tira de desadaptados!!, bien por ellos, vivan nuestros años de escuela, a la luz de los tiempos siempre serán los mejores o no? ....
desastre social, alguien tendra algun audio de esta banda, recuerdo al cantante que se hacia llamr huevo, y al guitarra el gordo cristiam
Fotones
ahi lo veo al manillas chibolazo en sus vacacionales
manillas de morbo???????????? cual?????????
manito
puta, on ta que hay un gordo culón en esas fotos que parece una tía de esas que venden esos postres de mierda más empalagosos que una novela mexicana y más melosos que una chibola templada en la alameda chabuca granda.
Ta loco que uno los ve a esos huevones saltando y que dicen que hacen pogo sin música y ta que no se sabe si es más nociva la paja o la hierba de mierda, carajo que con razón decía mi tía Panchita que las dos son adictivas y cagan el cerebro, carajo.
Ah, on y eso de que el colegio de mierda tenia harta gente de surquillo te creo, man, pero lo que no cuentas es que esos pendejos no pagaban matrícula sino que se metían por el muro para correrse la paja y saltar como si tuviera chinches en el culo. Puta con razón seguimos cagados en este país.
Saludos a todos los compañeros villarrealinos, en especial a la Promoción 1989, que en éste año 2014 cumplimos Bodas de Plata. Que tiempos aquellos, si pudiera los volvería a vivir.
Con nostalgia Johnny Mendoza 5to. A
Turno Mañana.
2425143 o 996630876
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