domingo, 1 de diciembre de 2013

CARLOS GALDÓS... ¿SUBTE???


El conocidísimo comediante, presentador de televisión y locutor de radio Carlos Galdós acaba de sorprender a media movida underground limeña al comentar –en su columna semanal «Animal Urbano»– algunas de sus vivencias como adolescente al interior de la movida del Rock Subterráneo ochentero sobre las cuales, al parecer, nadie había reparado.

Algunos comentarios en las redes sociales: "¿era invisible? ¿realmente alguien le vio frecuentar? ¿o es un cuento y no una crónica lo escrito?"; "estoy seguro que hace tiempo él, en una entrevista, contó sobre su pasado subte... parece que bajaba solo, jejeje".

Cabe preguntar, ¿con qué gente bajaba? ¿a qué mancha pertenecía (si es que perteneció a alguna, por supuesto)? Porque el hecho concreto, al menos hasta este momento, es que nadie parece recordarlo... Ya se sabrá más.



HIJA DE SU PADRE: LO QUE NO SE HEREDA

NO SE HURTA (por Carlos GALDÓS)




A los trece años corría fuego por mis venas. Estaba en segundo de secundaria en un colegio típico de clase media trepona y por pagar la pensión con retraso me pasaba más tiempo en el patio en horas de clase que en el propio recreo. Conocí el doble discurso de algunos, la doble moral de otros. La solidaridad en ese momento no estaba propiamente en manos de los hermanos maristas.

 Mi vieja me mandó de vacaciones sin retorno a casa de mi abuelo. Ella ya no sabía que hacer conmigo. Yo me encerraba en mi cuarto horas de horas a escuchar Narcosis, Del Pueblo Del Barrio, Eutanasia, Guerrilla Urbana, Leusemia, QEPD Carreño, Siniestro Total, sin anticipar el futuro. Lo que menos quería era tener pelo (hoy es lo que más extraño). Me rapaba los lados y tenía una cosa tipo escobillón al medio. Me ponía alfileres en la ropa, me compraba chancabuques en el bazar de la policía en Jesús María, usaba jeans negros, polos con mensajes de anarquía y mis frases favoritas eran: "hay que destruir el sistema", "la represión corroe tu mente" y "todos son unos alienados". Paraba en «La Nave de los Prófugos», en la avenida Colmena para ser más exactos, en la puerta de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Hablaba con las prostitutas de Zepita y pasaje Peñaloza. No quería nada de ellas, más que escuchar sus historias. Fui al concierto de Los Violadores, bailaba 'pogo' en la «Jato Hardcore» de Barranco (el «Magia» de la avenida Brasil). Quilca era mi segundo hogar y odiaba a la humanidad. Y la cereza de la torta fue cuando premonitoriamente hice mi primera aparición televisiva, no en un programa concurso, no como público de la Santa Misa, sino más bien como revoltoso manifestante siendo trasladado a la carceleta de la avenida España por estar metido en una marcha universitaria. Lo gracioso es que yo aun era colegial.

 El psicólogo le dijo a mi vieja que no se preocupara, que estaba buscando mi identidad. Hoy, a poco de cumplir cuarenta años, le sigo diciendo lo mismo: "no te preocupes, mamá, estoy buscando mi identidad", que no está necesariamente en mis apellidos.

 Anoche, en su cumpleaños número siete, mi hija decidió poner bien en claro que es una digna hija de su padre, que lo lleva en la sangre, que la anarquía está viva en sus genes como en los míos, que lo que se hereda no se hurta y así seguirá siendo mientras mi ADN lo permita.

Delató uno a uno los trucos del mago, le dijo que su papá también lo era y que esa caja de cortar gente es una mentira porque la chica que está adentro es contorsionista. Sacó la paloma del sombrero con doble fondo y, por último, ella misma hizo flotar la mesa en el aire. Todos trucos que yo tengo y le he enseñado. El mago, completamente ridiculizado, cortó su función. Acto seguido, la señorita de caritas pintadas estaba asombrada porque, previa amenaza a sus amiguitas, dio la orden de pintarse la lengua de los Rolling Stones en la cara y quien no lo hiciera simplemente no jugaría con su Furby. Mientras la animadora del show de Violeta cantaba, ella subió a mi cuarto a tocar la batería y me pidió que conectara mis guitarras eléctricas. A la hora de soplar las velas y pedir un deseo, dirigió la mirada a una mamá y le dijo: "mi papá dice que sus tetas no son naturales, que son siliconas, ajj" (cosa que es verdad, efectivamente lo dije cuando ella me preguntó por qué esa señora tenía tetas más grandes que su mamá).

Confirmado, mi niñita está buscando su identidad, es una chica punk. La especie está salvada, ha pasado mi control de calidad ISO 9001, por sus venas corro indefectiblemente yo. Sólo que lamento comunicarte que acabas de perder la oportunidad de ir a Disney este año. Estás castigada, y yo también. No dejes de hacerlo nunca, es tu esencia, de eso no nos podemos escapar.

Fuente:
«Somos», suplemento sabatino de El Comercio, nov. 30 de 2013, pág. 92.
Las gracias a Luis Espinoza, del blog «Subte Rock», por la imagen digitalizada del artículo que tuvo a bien compartir en mi muro del Facebook. La foto de Galdós fue tomada de aquí.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese tio es mas falso ke teta de kabro

Diablito dijo...

El oportunismo y los actos rebeldes (claro, solo del sub-conciente y del sueño) es lo que caracteriza a estos sujetos. Sin ser reportero y con la info de internet puedes grabarte este buen guión de "La Jato Harcore", "Magia" o "La Nave de los Prófugos". Al parecer se encontró la portada en internet de el archiregrabrado k-set de presentaciones colectivas de Guerrilla Urbana, Eutonasia, Carreño, etc,etc,etc. Tal vez el culpable sea mi causa el Chato Víctor, que todavía es dueño de las matrices.
Al parecer, esto de haber pertenecido (o bueno, asitidooo) a los círculos sub-urbanos de los 80's, son buenos relatos para que los lectores y público en general digan "asuuu, que bravo has sido en tu chibolada". QUE POBRE IMBESIL ES CARLOS GALDOS, pretencioso, egoista, calculador y por sobre todo discrimador y racista. Solo los cojudos que re revientan cohetes en el medio pueden creer semenjantes autodeclaraciones. Conocer los medios y ambientes Subte de la época, era recorrer el Jr. Moquegua en Lima, el local sindical del Rimac, El gremio de carpinteros de Breña y muchos verdaderos antros (sumados a lo de los sueños contados por Galdos) formaron el ambiente músical subte ochentero. Parar en la nave de los prófugos implicaba ser "causa" de alguno de los vendedores de material musical, que por cierto no lo conoce nadie, ya que para escuchar algo tenias que escucharlo con audífonos de WalkMan. Seguro se ha hueveado con algún paso furtivo y veloz por Galerías Brasil, donde si se podía escuchar de pasadita temitas medio caletas de la New Wave, vanguardia española, Clasic Rock o Metal, pero esto ya a mediados de los 90's.
Un buen obsequio navideño, sería regalarle un par de k-set más y pueda conocer algunas otras banditas de ese lejano subterraneo ochetero.

Uno mas que si corrió en esas calles y nunca te vió dijo...

jjaaaaaaaaa, me alegró el dia esta fabula, ejercicio de construccion de historias através de hechos ajenos, y en donde solo puede interpretarse una cosa "NECESIDAD DE SER VISTO", urgente por favor que esa necesidad de ser desatendia puede pasar al uso e ingerencia de dildos, pepinos y botellas por donde no da el sol, HAGANLE CASOOOOO y digan que si, CHI CHEÑO CHI CHEÑO CHI CHEÑO

Anónimo dijo...

algunos lo recuerdan con gusto y otros preferimos olvidar el pasado

Unknown dijo...

Bueno yo también bajo a conciertos, pero nadie me conoce, fácil abrá ido a uno o dos o abrá escuchado comentado al respecto.

ARQ.MARTIN SOTOMAYOR dijo...

Que Galdos haya ido a la Jato Hardcore y de repente a los Reyes Rojos o al Lincoln de repente ...... pero todo es posible ......... Yo organice el primer conciero en el Gremio de los Carpinteros de Breña ......... y tambien bajaba al hueco pero no lo recuerdo a él ......

Anónimo dijo...

Algunos siguen con esos complejos de tener la verdad absoluta. Todos tuvieron su pasado y el que no quiera creer que no crea. Cojudos.