lunes, 29 de junio de 2009

"GORE": VERSIÓN 1993 DE LA HISTORIETA ANARQUISTA DE MIGUEL «DET» (1)

La historieta que viene a continuación es la segunda versión -firmada en 1993- del primer gran trabajo gráfico de uno de los más destacados subtes peruanos: Miguel Ángel Vidal (n. Lima, 1968; no confundir con su homónimo de Voz Propia), mas conocido en las movidas del Rock Subterráneo y metal banger como Miguel «Det».

Dibujante eximio, anarco comunista convicto y confeso, sanmarquino de corazón, vocalista y bajista de una banda tan decisiva en la historia de nuestro Rock Subterráneo como Anti (hoy injustamente olvidada), miembro fundador de la «Horda Metálica» de Miraflores, animador ideológico de diversos colectivos y grupos de estudio (entre ellos la Asociación de Fanzines Alternativos), coautor de un clásico contemporáneo como Nueva crónica del Perú (Fondo Editorial del Congreso de la República, 2000; junto al historiador Pablo Macera y el psicólogo Santiago Forns), colabora en la actualidad en el suplemento humorístico «El Otorongo», del diario Perú 21.

La primera, e incompleta, versión de "Gore. Capítulo I: ¿sueño o realidad?" apareció en 1990 en el Nº 1 del fanzine Karne Kruda. Imposible olvidar la conmoción que produjo al interior de la movida debido a la calidad gráfica que exhibía y el contenido fantástico de su historia: la rebelión de la ciudad de Hibernia, encabezada por el anarquista revolucionario Rafael Kramus, contra la dictadura fascista del Sacro Imperio Guasamandracogénita en setiembre de 1969... Como siempre, el Det introduce en sus historias a personajes tomados de la realidad: podemos verlo dibujado a él mismo, a su ex pareja, a María Teresa Braschi (conductora del programa periodístico «Contrapunto», de triste recuerdo por hallarse completamente vendido al gobierno fujimontesinista de aquellos años) y a Susan León (en explícitas posiciones que recuedan sus célebres desnudos en calendarios de la época), entre otros.

Me enteré hace unos meses que el «Det» estuvo muy mal de salud. Espero se halle completamente recuperado y podamos reunirnos para conversar como en los viejos tiempos. Un abrazo para él.

Fuente: ¿Tiene-Dientes? (Lima), Nº 1, págs. 43-55, dic. 1994.




«GORE»: VERSIÓN 1993 DE LA HISTORIETA ANARQUISTA DE MIGUEL DET (2)




«GORE»: VERSIÓN 1993 DE LA HISTORIETA ANARQUISTA DE MIGUEL DET (3)




sábado, 27 de junio de 2009

viernes, 26 de junio de 2009

SOBRE LA SUPUESTA MILITANCIA SENDERISTA DE MÓNICA FERIA (por SILVIO RENDÓN)

Silvio Rendón nos dejó hace un tiempo un valioso comentario sobre el post del video reportaje de Álamo Pérez Luna sobre Sendero Luminoso y el Rock Subterráneo. Revisando sus publicaciones en la web, nos encontramos con esta nota referida a la polémica socióloga subte Mónica Feria en sus tiempos de estudiante universitaria que, con toda seguridad, dará mucho que pensar a algunos.


LA IMPORTANCIA DE LA MEMORIA (FINAL)


Sobre Mónica Feria es cierto que “todos sabíamos” que era senderista. Como lo pone Aldo Mariátegui, era vox populi. Y, definitivamente, en esto tiene toda la razón. Era lo que “todos sabíamos”. En esa época yo también la hacía en Sendero Luminoso. Sin embargo, nunca me constó nada directamente. Era lo que la gente decía: “¿sabes? Mónica Feria es senderista”. “Ah, ya. Hay que tener cuidado”, decía uno. No recuerdo en qué momento “todos” nos enteramos de su senderismo, supongo que habrá sido en 1986 o 1987, uno o dos años después de que Vds. compartieran mesa directiva en el CF de Letras. Por supuesto que a nadie le sorprendió cuando la detuvieron, cinco o seis años después, en 1992. Sin embargo, me acuerdo de algunos detalles ocurridos durante estos cinco años.

En plena época “senderista” de Mónica Feria, ella trabajaba activamente con Alberto Flores Galindo, no sé si en alguna investigación o simplemente participaba de las discusiones de SUR, un grupo de ilustres intelectuales entonces de izquierdas. Incluso, si mal no recuerdo, y esto se debe poder documentar, escribió un artículo que salió publicado en la revista Márgenes. Otra cosa que también llegó a mis oídos, y esto creo que no todos “lo sabíamos”, era que se había vuelto cantante de rock subterráneo. No me consta tampoco. A comienzos de los noventas, lo que también llegó a mis oídos es que en San Marcos vendía cebiche en una carretilla y que esta era su tapadera para hacer trabajado político para Sendero Luminoso. Tampoco lo he visto y la verdad, ni siquiera en ese momento me pareció muy creíble.

Sí me acuerdo y me consta de su radicalidad a fines de los noventas, evidenciada en discusiones en la clase de Guillermo Rochabrún, en un curso de sociología del desarrollo (¿o sociología económica?, la memoria me falla) que llevamos entre otros, Martín Tanaka, Mónica Feria y yo, por mencionar algunos nombres. Esta radicalidad se expresaba en decir que en el país había una guerra, que las FF.AA. estaban masacrando campesinos en el campo. No condenaba explícitamente a Sendero Luminoso aunque tampoco la escuché en clase justificar sus acciones, si bien se notaba simpatía. Creo que en esa época, y eso dura hasta el trabajo de la CVR, había la percepción que eran las fuerzas del Estado las responsables de la mayoría de las muertes en el país.

Si exprimo mi memoria llego hasta ahí. No tengo nada en lo que yo pueda decir: “yo la vi haciendo esto”. Debo decir sí que en tiempo real estuve convencido de su senderismo. Hoy no creo que esta percepción sea un criterio para condenar a una persona. No se puede condenar a alguien porque “todos sabíamos algo”. Para nada. El estado de derecho no funciona condenando a una persona por este tipo de criterio. Eso sí, una de las cosas que no cuadraba con la incuestionada imagen de una Mónica senderista era su carácter indisciplinado. Nunca me la imaginé aceptando la rígida disciplina senderista. Como nunca la imaginé perjudicando a alguien o contribuyendo a hacerlo. Posiblemente estas imágenes mías puedan haber sido engañosas. Puede ser. Me puedo equivocar. Pero si se quería hacer memoria, he ahí la mía. Ahí están mis percepciones; ahí están mis evidencias.

A fines de 1991 o comienzos de 1992 (no me acuerdo exactamente) me encontré con Mónica en Sociales PUCP. Nos saludamos y sostuvimos una breve conversación en que me pidió que visitara a Rodolfo Noriega, quien estaba recluido en Canto Grande acusado de ser miembro de Sendero Luminoso. Rodolfo había participado también de vuestra mesa directiva, como secretario de proyección social. Creo que nadie de quienes lo conocieron en la universidad lo fue a visitar mientras estuvo preso, con la excepción, entiendo, del padre Felipe (Pipo) Zegarra. Rodolfo era un cristiano de izquierda. De lo que conocí en Letras, era la persona que menos te podrías imaginar que se fuera a meter a Sendero Luminoso. Pues le dije que no. Me negué a visitarlo. En ese momento entendí que visitar a una persona que estaba en la cárcel constituía una aprobación a los actos de Sendero Luminoso. Hoy me lo cuestiono. Que cada quien saque sus conclusiones sobre este hecho.

A Mónica la detienen pocos días después del 5 de abril de 1992. La presentan públicamente y sale gritando, pero nunca supe lo que gritó. En la televisión escuché gritos incomprensibles (y editados, con voces en off hablando) entre los que no pude distinguir nada en claro, al menos esto es lo que recuerdo. La televisión y los rumores de la época dijeron que hacía reglajes a la gente de las ONGs. En esa época Sendero Luminoso ya tenía un gran récord de asesinatos de dirigentes sindicales y de los barrios de Lima, siendo el caso más sonado el asesinato de María Elena Moyano en Villa El Salvador. Recuerdo que la televisión presentó como evidencia de culpabilidad unas supuestas cartas escritas desde Bélgica por Luis Arce Borja, ex director de El Diario, y dirigidas a Mónica Feria, en las que Arce le habría pedido documentación sobre María Elena Moyano.

Después vendría la masacre de Castro Castro. Y sobre esto haré una reflexión comparando la reacción de la gente entonces con la que tuvo en un caso similar. En 1986 se cometería en tres cárceles de Lima otra masacre de presos, quienes se amotinaron y tomaron rehenes. Me acuerdo que en la PUCP se suspendieron las actividades y nos mandaron a todos a casa. Después nos enteraríamos que habían bombardeado El Frontón y matado a los presos. El asunto motivó la indignación ciudadana. En los días posteriores hubo en los medios de prensa una avalancha de comunicados de organizaciones civiles condenando la forma en que el gobierno había debelado el motín. En el Congreso llovieron las protestas, y no sólo de parte de las izquierdas, sino de otros representantes. Recuerdo bien a Fernando Olivera acusando vehemente al gobierno por el asunto. Dijo que Alan García se había lavado las manos como Pilatos, por lo que fue obligado a retirar sus palabras. Y por supuesto, los ojos del mundo estaban en el Perú porque nuestro país era sede de un encuentro de la Internacional Socialista, a la cual pertenecía (¿pertenece?) el APRA. Nadie identificaba en ese momento la condena a una masacre como esa con la defensa del terrorismo.

Pues bien, seis años después, la masacre de Castro Castro ocurre en un momento completamente diferente para el país. Fujimori acababa de dar un golpe de estado. Los líderes del congreso democráticamente elegidos estaban bajo arresto domiciliario. No podían salir de sus casas. No estaban para condenar nada. La prensa, y después lo supimos bien, estaba comprada por Montesinos. No estaban para condenar nada. Y también es verdad que el país tampoco era el mismo. El consenso se había volteado. Condenar la masacre ahora sí era identificado con apoyar el terrorismo. No sólo eso: ahora la misma gente justificaba lo que antes condenaba. He visto cómo no poca, mucha, gente de izquierdas cambio de un día para otro. El 5 de abril por la mañana era de izquierdas y al día siguiente apoyaba y celebraba el golpe de estado de Fujimori. Se había creado un nuevo consenso. Simplemente, para que conste, quisiera recordar que hubo un país diferente, antes de Fujimori y Montesinos, en que algunos principios estuvieron vigentes entre los peruanos y peruanas. Después éstos se perdieron.

De Mónica se dijo mucho también durante su estadía en prisión. Recuerdo que la prensa (¿o alguien?) contó que había salido libre en base a la “ley de arrepentimiento”, pero que en su caso había habido algo turbio. Su familia habría pagado dinero para que salga libre y fuera del país. Se dijeron más cosas: que Mónica había reclutado a mucha gente para Sendero Luminoso, entre ellos Rodolfo Noriega, pero que él, más pobre, se había quedado en prisión, mientras ella, más rica, sí podía pagar para salir; que ella utilizó a Alberto Flores Galindo para ganar acceso al ambiente de las ONGs y hacerles reglajes para después atacarlas. Muchas cosas pueden decirse, pero se necesita un riguroso control de calidad de la información. Los “teléfonos malogrados” abundan y en estos casos más todavía. A la larga poca gente es la que se cuestiona estas cosas. En julio de 1992 sería la masacre de calle Tarata en Miraflores. Todos estábamos conmocionados por la criminalidad y vesania de una masacre como esa, tan cerca de nuestros lugares de residencia. Todos condenábamos y condenamos a Sendero Luminoso. Si algo se quería era acabar con esta plaga, cueste lo que cueste. […]

En el caso de Mónica, el resto es ya historia conocida, pues la he expresado en otros posts. Leyendo la sentencia de la Corte Interamericana vi que había dos grupos: uno defendido por Mónica Feria y otro por otro equipo de abogados que defendía a la cúpula de Sendero Luminoso. ¿Y qué pasó aquí? No sólo eso, sino que el segundo grupo había estado amedrentando al primero. Me percaté de que había habido un cambio, que después se me hizo muy evidente. Todo el debate posterior se concentró en el pasado de Mónica Feria, no así en su posición actual de condena explícita a Sendero Luminoso. Dudo mucho que la gente que concede los premios que Mónica ha ganado en estos últimos años no conozca lo que ahora denuncia, extemporáneamente, cierta parte de la prensa peruana, como Correo, Expreso, y, recientemente La República en base a cuatro testimonios anónimos (no he visto el especial de «Panorama» sobre este tema, por lo que no puedo comentarlo). Creo que los conoce, pero saca conclusiones diferentes a las que sacan estos diarios. Es algo que nos cuesta aceptar. Hay otros criterios. […]

Una vez más, repito que tenemos que pensar en el presente. Si queremos sacar conclusiones prácticas sobre estas experiencias, creo que nos toca dar mensajes claros a las nuevas generaciones. Veo que se sigue idealizando la imagen de un asesino como Ernesto Guevara en camisetas, carteras, calcomanías, etc. ¿Por qué? Entiendo esta idealización, pues hace mucho tiempo yo era parte de ella. Si algo quisiera, es dar un mensaje a las nuevas generaciones: ese no es un camino a seguir. Las injusticias y desigualdades que existen en el país no se resolverán por vías violentas. Los años de desgracias que hemos sufrido son tristemente elocuentes en dejarnos esta lección.

Voy a dejar el tema aquí. Ya he dicho que si se quería recuperar la memoria, he ahí mi memoria.

Observo que la denuncia de un tabloide limeño desencadenó la reacción en otros medios y finalmente el Estado peruano la ha hecho suya. El asunto está oficialmente en el Poder Judicial y es parte de una acusación a nivel internacional. Tocará ver qué desenlace tiene esta denuncia. Como ya he señalado antes, no le auguro éxito alguno.

(Un tema entre paréntesis. En este comentario ya he señalado mi rechazo a que se confunda mi posición con ser una ventana para el terrorismo, que condeno enérgicamente y para nada quisiera que regrese al país. Algunas rencillas, menores en comparación con el tema que nos ocupa, han llevado a algunos a insinuaciones lamentables. Mal.)

Quisiera finalmente, subrayar una vez más que mi posición es sólo representativa de mi persona, no de ningún otro contribuyente a este blog. Cada quien ha dicho lo que tenía que decir sobre este espinoso tema y toda opinión me merece respeto, el mismo que pido para la mía.

Fuente:
Gran Combo Club (blog), oct. 31 de 2007.

jueves, 25 de junio de 2009

UN TESTIMONIO SOBRE LOS ALBORES DE LA ESCENA PUNK-METAL AREQUIPEÑA

Si poco se ha escrito sobre la historia de la movida subte limeña, aun menos se sabe sobre las escenas de provincia. Hallé el siguiente testimonio de manera completamente casual, buscando información en la web sobre mis recordados amigos de Acción Violenta, primera banda de punk rock de la «ciudad blanca», a quienes perdí completamente de vista el año 1992.

El nombre del blog de donde fue tomada la nota ni siquiera figuraba en el encabezado y sólo contaba con una entrada o post, o sea, este artículo, el mismo que publicaron sin tomarse la molestia de corregir o editar. Era imposible leer el texto tal como estaba, por ello cualquier error en la edición es de mi total responsabilidad.




AQUELLOS AÑOS, 1989-1992

En este blog recordaré como primera fase los recuerdos bien marcados que representaron para un adolescente la movida subterránea en aquellos años 1989, donde era raro conseguirse una bendita doble casetera para grabar, ya que los discos eran más escasos y funcionaba solamente en Mercaderes una tienda frente a la galería «La Discoteca Internacional» donde, de vez en cuando, llegaba metal y punk hardcore… No se diga puro contacto o directamente de Lima.

Al tema que voy, que esa época en la que Soda Stéreo, Indochine y Los Shapis llegaban a escucharse en los omnibuses| (no había combis) había una emergente civilización subte, pequeña, con nombres y claras identidades pero hermanados. Hablaré de lo que vi. Escuché a Acción Violenta, Cuarto Cerrado, los N.N., Féretro, Sanguinaria, la mayor parte jóvenes de 19 a 21 años. Los conciertos comenzaron como «Genocidios» y había grandes leyendas en mi colegio, un gran colegio de hombres donde pululaba el metal y era perseguido por los curas. Imagínense que me contaron que en unos de los primeros «Genocidios», en la puerta pusieron nombres de indeseables (no digo quien porque es un amigo mio, al cual respeto mucho).

Había una palabra que debía cuidarse mucho y que, personalmente, a mi me llegaba al pincho, aunque ahora ha perdido vigencia: era la legendaria «posers no posers», [como] decía en cada uno de los afiches ahora perdidos, por no tener cachivaches. Había un localcito en Gráficos al cual concurríamos los metaleros en esa época a poguear y sacarnos las tripas con trago a la entrada. Como ahora, los pocos nos conocíamos y éramos víctimas los chibolos de algún pendejo que quería vendernos cintas a cinco lucas (o soles o intis), pero siempre con buena fe. Simultáneamente, viajaba a la gran Lima y allí existía el hueco [de] la Colmena, donde comprabas cintas además de encontrar, en mi caso, el buscado hardcore punk, escasísimo en Arequipa.

Si no tenías lo contactos claves y si no eras algo movido (o sea, chupabas como mierda), eso si de arranque les cuento amigos que la cosa siempre en los «Genocidios», aquelarres, amotinaciones, masacres, era trago con los bravos, si no terminabas vomitando como los grandes y, al otro día, con la cabeza reventada con dolor de cuello [de] tanto mosh, y pogo como mierda. De tres a cuatro conciertos con Hadez y Kranium, los que mas recuerdo. Me acuerdo de un loco que se pasaba haciendo tocadas con Masacre y Ritual Mortem, y las banditas death eran un desahueve. Había sapos que entraban, y una vez el cuche Beto, de Acción Violenta, se paro delante de todos, le esperaba tocar y dijo: “para todos aquellos que no crean en esto, las puertas están abiertas”, viendo directamente a un grupo de payasos que estaban por allí.

La banda que más personalidad derrochaba en coros y fans, para mi, y [que] marcó la primera escena fue definitivamente Acción Violenta. Letras directas como banderas, himnos cantados en coro por todo el concierto, con manos levantadas, un efecto de unión y fanatismo extremo, el pogo mas brutal y pedir que repitan las canciones (y de nuevo yo grababa con mi walkman algún concierto, y sólo se escuchaba la voz de los asistentes, imagínense el coro) y era de puta madre. Eso sí, poquísimas hembritas, salvo la legendaria hermana de un baterista, muy alta ella.

De allí, la banda que me gustaba era Sanguinaria, aunque después cada uno de los integrantes fue una decepción (ahora vi que en dos años, 2006 al 2008, han hecho cuatro CDs). Por favor, recuperar el tiempo que perdieron no es además (sic) con integrantes de otras bandas y algunos niños nuevos que posers o no nadie sabe.

LA DECADENCIA

Todo era felicidad, amistad y hermandad. Había una tienda que se puso «Hell Raiser», después otra, venía gente de Lima trayendo LPs, pero apareció una mancha lacra, discúlpenme, pero analicé y fue la madre del poserío con aires de pureza: se llamaba Fosa Común, unos atorrantillos que quisieron inmolarse al death metal. Ahora uno es evangélico, no se porque si nunca fue chico malo y dice haberse arrepentido, pero esta banda fue sin lugar a dudas un emblema de muchos poseros que se reunían en la plaza San Francisco, de diferentes barrios bajaban al centro a tomar, y faltos de recursos logísticos, adoraban las viejas cintas que caían regrabadas 800 veces. Lógicamente, había gente que estaba en otro level.

De allí comenzaron a aparecer nuevas bandas detrás de Fosa Común, cada vez más nombres y cada vez más cortas en duración. Konflicto Interno comenzó a sonar, los punks se desahuevan y hacen conciertos solos a iniciativa de algún jovenzuelo que trajo seis bandas de pepa loco. La escenaza pura de cien arequipeños se volvió de doscientos y comenzó a aparecer gente indeseable que, copiando actitudes de Lima, desunieron la escena con palabras como «pitupunk» y «pitumetals». Quisieron dividir todo esto, sacaron revistas con nombres en quechua, alucinaban feo, colectivos de pantalla seudo terrorista donde se los ve ahora frustrados de tanto luchar y no conseguir nada, y ahora le echan la culpa al metal y el punk. ¡Qué idiotas! No supieron encontrar la esencia de todo esto.

De allí aparecen las tiendas, una por Siglo XX, de una tía que compraba todo por caja. La difusión estaba buena, pero ya se corría el peligro de pacharaquear. Recuerdo que llevé a vender música y en los catálogos decía Halloween y allí compraban muchos idiotas música y era un hueco fuerte ya de un loco que después emigro a Lima. Buen pata al final, pero después dos locos abrieron [otra] tienda en la Gran Vía, de tatuajes, allí paraba la gentita, ex de Acción, ex de Sanguinaria, era la crema innata de la escena. Lo mas cojudo [era] que había rumores de escenas de blackers, de punks anarcos, que decían venían de San Francisco, todos ahora paran por la Gran Vía, todo se centralizó en la Gran Vía. Lógicamente también hubo drogas. Después se centraliza la tienda, se va al frente, y los san panchos posers y acomplejados unos el tiempo los sepultó y otros posers violentistas siguen allí, pululando. Los grandes metaleros siguen disfrutando de alcohol, buenas chicas o malas, y mucho estilo.

Fuente: 
En la Travesía de tu Ausencia (blog), jul. 13 de 2008.

miércoles, 24 de junio de 2009

CRÓNICA DEL CONCIERTO HARDCORE DE P.D.I. y DESARME EN «LA NOCHE» (por CAMILO RIVEROS)


NOCHE DE HARDCORE


Puedes saber que Producto de Ira sale de otras bandas hardcore como Sentido Común y que, luego de grabar sólo un EP de siete temas, se disolvieron por la crisis económica y volvieron más adelante como Mamani. Puedes haberlos escuchado, visto en algún fanzine, pero si nunca los escuchaste, no pierdas el tiempo. Están de vuelta, están tocando y patean más de un par de culos.


Sí, asumo y admito que me quedé cojudo. ¿Saben por qué? Porque se mandaron a abrir un concierto con tres de las más brutales bandas del Perú, y sonaron tan cuadrados y trepidantes como sus compañeros de cartel y con una actitud hardcore en más de un sentido.


Cada integrante ejecutó su instrumento con vehemencia y demencia. Vocalista aplastante, directo y contundente, una pared de bajo y batería aloja guitarras complejas, juegos en pared, solos intercalados entre guitarras. Y se dieron el gusto de sonar como bestias para 20 afortunados gatos.


Punto aparte el mencionar que el «Moco» lleva la batería más sólida que en otros proyectos en el que lo hemos podido escuchar. Y sinceramente no puedo pensar en Javier Chunga de la misma manera, deberíamos recordarlo un poco más por su aporte musical. Y, además, hace pensar acerca de la influencia de las formas de organización del hardcore en el desarrollo de condiciones profesionales en los circuitos de la escena peruana actualmente (Gonzalo López de Punk as Fuck, Javier Chunga en el Rock en el Parque, Gonzalo Farfán en Mundano).


Siguieron los muchachones de Desarme, abriendo con tema nuevo, absolutamente cancheros. A pesar de tener la expresa intención de mover a la gente, pues como buenos hardcores la gente se resistió hasta el final. Era algo como "muévete carajo" y el público "paja broder, pero no quiero pe", a pesar de tocar varios buenos temas de varias épocas.


Bayo su bajista, también vocalista de la Paroximia y como parte de una más reciente generación de hardcore, también influenciado fuertemente por la escena neoyorkina temprana, la vieja escuela, mantiene una fluida comunicación con la banda, y ahí no hay distancia generacional que valga, parece que hubiera tocado con ellos toda la vida. A punta de miradas, Marut y él marcan todo.


Una característica de este concierto fue el despliegue de instrumentistas en general pero, particularmente en el caso de los guitarristas, el despliegue de estilos fue extremo. Es decir, todos tocaban muy distinto y bien paja. En el caso de Rodo si bien podría parecer menos virtuoso que otros ese día, era el que llevaba la estructura de todos los temas. El sonido soportado en él. Como quien dice, él la lleva.


Zoé siempre se ha plantado bien en el escenario y su intención de agitación en el público terminó con un porcentaje de partido de izquierda en las elecciones. No movió más que algunas cabezas. Bueno, la escena subterránea es más persistente que la izquierda peruana y se reinventa mucho mejor.


¿Lo que me preguntaba esa noche es a dónde se fue todo el mundo?


Siguió otra de esas bandas que se merece el nombre: Ultramotor, que si bien no sonaron tan brutales como en otras ocasiones (con un sonido menos favorable entre todas las bandas) hicieron una presentación especial. Rara vez podemos ver a una banda interesante tocando 16 canciones de un rayo y con dos bajistas.


Arrancando con Caos, bajista de varias bandas desde hardcore a metal, Murder, Aucca y Kruda Realidad, con un despliegue más tirado a sonoridades funk metal, como Primus. Todas las canciones parejas excepto en algunos finales. Divertida tocada en plan entre amigos.


Siguió el actual bajista de la banda. Miguel Tuesta, es así como el baterísta Capi, es parte de la banda fundamental banda peruana M.A.S.A.C.R.E. que se planta como nunca luego de haber realizado una de las mejores presentaciones (si no la mejor) de obertura de esta oleada de conciertos internacionales. Bueno, se gana César Zamalloa, guitarrista, vocalista y compositor de la banda, al tener tremenda base rítmica para las canciones llenas de disonancias a alta velocidad de Ultramotor.


Al final de su set, ante el movimiento de un despechado que trascendía cualquier vergüenza, se dio un amague de pogo, que tal vez no funcionó por diferencia de estilos. Si son unas 3 puntas que quieren pogear punk y uno que quiere moshear, pues la cosa no necesariamente cuaja.


Finalmente tendríamos a la Ira de Dios, una de las bandas más reconocidas tanto por músicos como por medios oficiales y alternativos, aunque eso mismo hace que uno se pregunte ¿por qué tiene un peruano que demostrar su capacidad fuera del país para que se le reconozca aquí?


Eso no significa que todos los que hablan bien de ellos asistan a verlos cuando tienen tremendas oportunidades como esta.


Bueno, este trío suena como si fueran varias personas más. Con Carlitros armado de un bajo de escala más corta que le permite moverse en el mago más cómodamente. Un Chino Burga que levanta la señal con dos pedales de distorsión Big Muff de distintas series, potenciando una preciosa Les Paul de tres pastillas que desgarra como lo hace con su garganta, como para ya estar afónico a medio concierto.


Pepe Abad, además de ser uno de esos viejos subtes a quienes los años la factura no se la pasan tan cara (o lo disimula bastante bien) posee un toque aplastante. El muchacho es tan juguetón como potente, pero para La Ira se ordena, depura el repertorio de toques que maneja y dosifica para levantar los temas. Otra cosa es que le gusten dosis bien cargadas, lo que funciona a la perfección con el giro que ha tenido la banda.La Ira de Dios.


Sabemos que últimamente el sonido de La Ira de Dios ha ido cambiando, de trabajar temas más dilatados y sonoridades más «experimentales», psicodélicas progresivas noise, a un crudo y potente rock and roll, ese baterista potencia el sonido de la banda, que tal vez podríamos ubicar entre destilado que es el stoner rock, búsqueda entre las raíces del rock, el primer metal y esos garajes previos al punk. Esa potencia y actitud hacía que tuviera todo el sentido tenerlos entre bandas hardcore, al ser este género un destilado posterior al punk.


Entre tantos alcoholes uno podría terminar borracho de rock and roll, pero no. Algún poco de gente para PDI, unos cuantos para Desarme, algo menos (aunque se movieron) y parecía que todos los que se quedaron a ver a La Ira eran de esos borrachos que se quedan hasta el final, necios y recios a disfrutar de la vida.


Han habido varios «regresos» de la escena subterránea recientemente. No sólo de bandas que regresan por pequeños instantes eternos, si no vuelven para quedarse, porque esto es lo que son, esto es lo que hacen y ya a estas alturas del partido podemos ver quiénes son los que estuvieron y siguen aquí. Pero no sólo regreso de integrantes, si no un repensar y volver a sentir sonidos, ideas e intenciones, que no pierden vigencia. Porque la vida está como está.


Fuente:

Audiofobia (blog), abr. 16 de 2009.