lunes, 31 de marzo de 2008

CAÍN Y ABEL [30] - por Rafo León

CAÍN EN LA COMISARÍA
Puta’on, el sistema alienado me ha hecho una pendejada mayor, sólo porque estuve luchando por la libertad, compadre, con Flatulencia en las calles, jodiendo a la humanidad huevona. Puta’on, el viernes en la noche nos quitamos con Caca Verde, Chancro Paredes y la Pocha Caracha a huevear a Breña, chochera. Puta’on, llegamos a la esquina de Buitre Gómez y nos tiramos a la vereda, chupando ron y tirando pepas, puta, con una lora mostra, hablando huevadas sobre el MRTA y la música chicha. Puta, en eso vemos que en un jato del frente un grupo de gansos empiezan a bailar con discos de las Flans, y, puta, nos volvimos ultra subtes y nos quitamos a joder a la sociedad podrida. A todo esto, puta, el malogrado de Chancro estaba quemando su paiche y se puso durazo, más mostro todavía para desafiar al sistema alienado. Puta’on, entramos al toque agarramos a la cocha que era vieja de la dueña del santo, la arrinconamos, oe, y puta, le sacamos el calzón. Después, oe, agarramos el calzón y lo pusimos encima de la torta. Después, puta, el Caca cerró la puerta con un mueblezaso para que nadie se quitara y todo el mundo empezó a gritar como si fuera el fin del mundo. A un ganso que había estado haciendo pasitos de baile le hicimos chupar una chata entera de ron sin parar, hasta que cagó. A una hembrita le cortamos el pelo misma Siouxi con el cuchillo de la cocina. Después, puta, nos calateamos los cinco y empezamos a cantar:

Puta’on, estábamos en todo el bacilón cuando en eso llega la mancada, choche, puta, una vieja de mierda del barrio había llamado a los tombos y nos cargaron a los cinco a la comisaría de Breña. Compadre, nos sacaron la mierda, a la Pocha le zamparon mano hasta las amígdalas, pero no nos traicionamos. Puta’on, nos tomaban declaraciones y nosotros sólo contestábamos “tombo concha tu madre”. Yo me achoré porque uno de los tombos empezó a joder a un travesti que había caído en una redada, y quise mecharme con el tombo pero el pendejo me zampó una cachetada que me rompió la nariz. Puta’on, estábamos en pleno desafío al sistema alienado, cuando en eso computo que entran al patio mi viejo, mi vieja, Abel, el profesor Beltroy, el cura Joaquín, mi tía Mary y mi prima Consuelito. Puta’on, casi me cago de la vergüenza porque todos gritaban: “Caincito, papacito, amorcito”, menos mi viejo, que se cagaba de la risa. Puta’on, mi vieja me había traído lonchera y Abel un maletín de primeros auxilios. Puta’on, el cura me dio la bendición delante de todos los malogrados detenidos y mi tía Mary empezó a decirles a todos que se bañaran y la huevona sacó un pomo de colonia y echó a los detenidos, que se cagaban de risa de mí y me gritaban que me quitara a tomar mi teta y a hacer tuto. Puta’on, me sacaron de la comisaría y me llevaron a mi jato, y todos me dieron unos sermones huevonsísimos pero el que se pasó fue Abel, que mejor lo lees en su parte, chochera. Puta’on, por primera vez en mi vida perdí el control con mi mellizo y le saqué la recontra mierda, compadre. Oe, le zampé un puñete, le patié los huevos, le rompí la mica, me oriné en su cajón de la cómoda, le boté sus estampitas y le dije todo lo que quería decirle desde hacía años, choche. Puta’on, en mi jato hace una semana que nadie me habla, y yo siento que, puta, mi vieja tiene cara de sinchi, que mi viejo es un tombo de civil y que lo único que vale en este mundo de mierda es Flatulencia, mi perro Asco y mi rabia contra el sistema. Puta’on, desde ese día todas las noches sueño que voy a Palacio de Gobierno y me tiro un pedo en la mitad del patio…


Ay, señor, es como si dentro de mi corazón se hubiera desatado un horrible terremoto. Es inenarrable lo que ha ocurrido en mi digno hogar, no sé por donde comenzar, fíjese. Desde ese día todas las noches sueño que soy Presidente de la República, que estoy mirando por una ventana de mi palacio mi hermoso y señorial patio, hasta que aparece el desgraciado de mi hermano, se instala al medio y suelta un meteorismo gástrico, qué me dice. En fin, le contaré. Vea, el viernes pasado estaba con mi madrecita haciendo un arroz con leche, antes de la novela. Todo maravilloso, hasta que llegó ese hombre que es mi padre, a sacar dinero para irse a beber con sus horribles amigos, ¿no ve que él no perdona un viernes? Pero mi santa madre adorada que Dios me dio le dijo que no se fuera y le trancó la puerta. Ay, ese hombre que es mi padre la empujó y se armó el caos, ni la novela pudimos ver. Mi idolatrada progenitora agarró el tubo de la cañería, esa que se saca y se pone, y lo golpeó suavemente a ese hombre que es mi padre para que escarmentara, pero él cayó desmayado y lo pusimos en su cama. Después nos fuimos a ver la tele felices y contentos. A eso de las diez nos disponíamos a acostarnos cuando en eso suena la puerta. Bajo a abrir y veo al insigne profesor Beltroy, casi me caigo sentado de la emoción, pero él venía de lo más azorado, a contarnos que en los bajos de su casa había habido una batida policial y él vio como se llevaban a mi hermano preso. Horror de horrores, despertamos a ese hombre que es mi padre y de paso cargamos con mi tía Mary y mi prima Consuelito, que de casualidad venían al hogar a pedirnos prestados un par de panes. A insistencia mía pasamos recogiendo al padre Joaquín, porque su sacra presencia me parecía fundamental para el caso, y nos fuimos a la comisaría de Breña. Mi corazón saltaba como una gacela en el monte. Llegamos como a la media noche y casi muero de la impresión al ver la cantidad de gente horrorosa y mal trajeada que había allí. Tuvimos que pasar entre delincuentes, prostitutas, “esos”, y otros escándalos más. Cuando en eso vemos a mi hermano que se trompeaba con un señor policía, qué espanto. A mi santa madrecita le empezó a doler el pecho que no tiene, y me dijo que tratara de conmover al comisario, que ya nos había dicho que Caín se quedaba hasta el día siguiente. De inmediato solté mi musa y se me vino a la mente una plegaria capaz de ablandar el corazón más fiero:

Bueno, al final lo sacamos y en el hogar, ay, cuando ya todos le habían dado duro, me tocó a mí decirle el decálogo de buenas costumbres que debía empezar a cumplir desde ese momento: levantarse muy temprano y bañarse todos los días, no importa que no haya agua caliente. Aprender a conversar dignamente con los demás, dominando temas como el clima, la parroquia o el amor. Frecuentar chicas decentes y sólo salir con ellas en grupo y a la matiné. No tocarse ni dormido esa cosa que hay entre las piernas, porque su manipulación es muy dañina para la salud. Aprender a escuchar música decente, como a Julio Iglesias, Pandora o Camilo Sesto. En fin, ya iba por el noveno mandamiento cuando en eso el salvaje se levanta y juá, sin consideración a la belleza de mi rostro me da un puñetazo. Después me golpeó mis huevitos y se arrancó a maltratar mis pertenencias. Tuve que allanar a la santa madre de mi vida, que se apareció con la cañería que se saca y se pone, y terminó con el problema…

Fuente:
¡No!, suplemento humorístico del semanario (Lima), Nº 41, págs. 46-47, nov. 30 de 1987.

CAÍN Y ABEL [31] - por Rafo León

EL EMBARAZO
Puta’on la semana pasada he tenido una paltaza de la concha su madre, y para variar, el gansazo de mi mellizo me metió en un chongo mostro. Puta, yo estaba una tarde tiradazo en mi cama hueveando mostramente y pensando, oe, en que los metaleros van a mancar horrible el día que, puta’on, yo esté a la mitra de la guerrilla subterránea. Causa, en eso por la ventana entra un sobre con mi nombre. Puta, pensé, esta es una carta del sistema alienado que me quiere liquidar, y me dio, oe, una noica bruta, choche. Puta, abro el sobre y adentro, oe, había una nota de Pocha Caracha que decía: “Compadre, me has llenado, hace un mes que no me enfermo. Me quito para no joderte la vidú a un sitio donde nunca me encontrarás. Ojalá no te devore el sistema alienado. Tu hembra: Pocha Caracha”. Puta’on, al toque sentí unas culebrazas que me pasaban por la espalda y, causa, me empecé a imaginar a mi chibolo, oe, que si era macho le ponía Falo y si era hembrita le ponía Vulva, ya no ya, choche. Puta’on, en tercero de media y con hijo, la cagada, choche, Caín es lo máximo. Pero, puta, tenía que encontrar a Pocha Caracha al toque, y me quité, compadre, y como estaba hecho una yuca, puta, dejé el papelito encima de la cama. Compadre, en el camino a no sabía adónde, puta, improvisé un tema mostrazaso, que hasta hizo que, oe, se me saliera una lágrima, causa. Era esté:

Puta’on, al amanecer del día siguiente, choche, después de haber lateado por todos los barrios posibles, computé a Pocha en el jato de Sarna Podrida, la hembrita que vocaliza en Chancro Blando. Puta, me recibió tirando moco y más dura que pincho de novio. Oe, había estado quemando paiche de la frustración, choche, porque le había venido la menstruación y a la mierda con su sentido de la vida, puta, otra vez sola ella y otra vez, puta, solo yo. Compadre, chupé como nunca lo había hecho y volví a mi jato al día siguiente. Puta’on, me recibió mi vieja totalmente histérica y el huevón de Abel que parecía una tía. Mi viejo se había quitado donde su hembra a contarle sus penas. Puta, había pasado que me mellicito ampayó el papel de Pocha, y como no computaba ni mierda, fue donde el Caca que estaba esquineando y le preguntó qué decía. Puta, cuando se enteró fue a hacer roche al jato. Oe, parece que al toque mi vieja decidió que me casaría y Abel decidió mariconada y media y, puta, a nadie se le ocurrió preguntarme qué mierda pasaba por mi cerebro, por la cara de culo que tenía. Compadre, yo que no soy violento, oe, me asé tanto que, puta, le zampé a Abel un patadón en el culo que lo hizo buitrear, y a mi vieja le dije que, puta, se ocupara de los bacilones de mi viejo y que no me jodiera. Puta’on, me zampé en mi cuarto, tranqué la puerta con la cómoda y lo cagué a Abel, que tuvo que jatear en la sala. Puta’on, a los dos días la depre me pasó y oe, salí a joder al mundo con mi bajo y mi Flatulencia


Señor, qué barbaridad, hasta ahora me duele mi atrás por culpa del desagradecido de mi hermano mellizo, que debe ser así porque no lactó de pecho materno y yo sí. Usted ya conoce demás esa historia, ¿no? Pero bueno, lo que ocurrió la semana pasada en mi hogar ha sido terrible, le digo, y ya le cuento. Hace unos días, el miércoles pasado, para ser exacto, yo me disponía a arreglar mi cama, cuando reparo en la de Caín y pienso, no, no es posible que mi hermano viva de esa manera. Decidí cambiarle la sábana y ponerle una rotita pero limpia que hay por ahí. Cuando estaba por hacerlo, muérase, veo un papel que, de entrada, me pareció comprometedor, ahí entre la frazada. No me pude contener y lo leí, pero para mi frustración, le diré que no comprendí nada, sólo saqué en claro que lo remitía la tal señorita Pocha Caracha. Más curiosidad me dio, y se me ocurrió buscar a un amigote de Caín, que tiene un nombre que traducido a mi fino lenguaje da Excremento Esperanza. Bueno, el jovencito se me corrió a un inicio y luego, cuando después de perseguirlo aceptó hablar conmigo, me dijo algo así como que si sus amigos lo veían conmigo se defecaban los subterráneos, ay, no entendí. Bueno, pero lo importante fue que me develó la nota y… ¡Santa Virgen de las Mercedes, decía en ella que mi hermano había embarazado a la señorita! Ah, no, de inmediato se me soltó la furia y también la vergüenza, ya que eso significaba que mi hermano había hecho cosas sucias con esa jovenzuela, y eso no lo puedo tolerar ni de pensamiento. Pensé pedirle asesoría al honorable profesor Beltroy para ver si la metíamos a la cárcel por embustera, algo así como a la Gabriela de "La Dama de Rosa" pero en versión de la mala, ¿ya? Pero, qué le digo, a eso le sucedió de inmediato la voz de la sangre y el tiazgo que significaba para mi el nacimiento de la criatura. Volé donde la santa madre que Dios me dio a darle la buena nueva, tan cerca de la navidad, vea usted. Ella al comienzo se asustó mucho, no lo podía creer. Se puso la mano sobre el pecho que no tiene, como cada vez que está angustiada, y soltó seis lágrimas, las conté todas. Yo la trataba de calmar, haciéndole ver que un hijo podría ser el remedio para que Caín vuelva por el buen camino, pero lo que la hizo cambiar a una actitud de regocijo fue cuando le empecé a hablar de los pañales, la babitas, las tetas, los ropones, los zapatitos tejidos y todo el ajuar, que lo podríamos haber empezado a hacer con la colaboración de las vecinas y las tías, que cuando se trata de los sentimientos, ay, que sí responden. Empezamos a discutir qué nombre se le podría poner. Ella opinaba que si era mujercita, podía llevar el de Eva, por ella y el de Shirley, para darle modernidad. Y que si era varoncito, se debía llamar Adán, por ese hombre que es mi padre, seguido de Wilbert, también por lo moderno. Yo, ay no sé, me inclinaba por Amapola para la niña y Narciso si era niño. En esas nos encontró ese hombre que es mi padre, al que le narramos todo, y él reaccionó sin sangre en la cara: se fue a beber y a qué se yo más. Bueno, seguimos haciendo planes con mi idolatrada progenitora, pero mi hermano no aparecía. Yo ya había decidido que iba a ser padrino de la criatura y, como tal, con derecho a criarlo si la conducta moral de sus padres lo ameritaba, como seguramente iba a ocurrir, sobre todo con una madre que se hace llamar Caracha. Mi progenitora se inclinaba por la boda inmediata, para que no se notara el embarazo. Lo que yo imaginé para la ceremonia no tiene nombre terrenal, señor, pertenece al mundo de la fantasía, el satén y el pastillaje. Pero, así es la vida, llegó el “futuro padre” y terminó con nuestros sueños. Ocurrió que la salvaje esa había tenido su período, como cualquier cochina mujer, y con él se iban nuestras ilusiones de tul y nansú. Pero lo más grave fue que cuando increpé a Caín, ya ni sé por qué, me dio un horrible golpe en mi atrás. Creo que, en el fondo, es mejor que no haya tenido ningún hijo, ¿no?...

Fuente:
¡No!, suplemento humorístico del semanario (Lima), Nº 42, págs.46-47, dic. 7 de 1987.

miércoles, 19 de marzo de 2008

PRESENTACIÓN

Caín y Abel nace como un espacio dedicado a la investigación y la divulgación de la historia del rock peruano en su vertiente underground ochentera, es decir, la movida del "Rock Subterráneo". El nombre del blog constituye un homenaje a «Caín», personaje emblemático, caricaturesco, satírico y, a la vez, entrañable para los subtes. Creado por Rafo León en 1987, vio la luz en esa revista inolvidable que llevaba por nombre una sílaba de naturaleza rotunda y contundente: ¡No!.

El blog aspira a convertirse, ante todo, en una especie de archivo virtual que reuna todo tipo de documentación dispersa relacionada con el Rock Subterráneo durante sus nueve años de existencia en tanto movimiento generacional (1983-1992). Debo aclarar que cuando me refiero al mundo subte no hablo sólo de las bandas, su producción musical (plasmada en las famosas maquetas) y sus conciertos, importantes sin duda, sino que nos abocaremos a explorar otro tipo de fenómenos a los cuales no se ha prestado la debida atención. Estos son: la prensa subte y sus artífices (los fanzines), los grupos de estudio, los intelectuales, artistas plásticos, narradores y poetas (malditos) de la movida o cercanos a ella, muchos de los cuales se mantienen aun en plena producción. Del mismo modo, se buscará reflejar la polémica y difícil relación entablada entre ciertos sectores de la movida subte y los grupos alzados en armas durante la guerra subversiva de aquellos años, y sus consecuencias en la radicalización del discurso de la movida en su conjunto.

El énfasis estará en los documentos que permitan oír la voz de los propios actores de la movida, sea a través de entrevistas, artículos de opinión, ensayos, manifiestos y demás textos aparecidos en periódicos, revistas, fanzines, boletines, volantes e, incluso, maquetas, editados durante esos años sin descartar, por supuesto, documentación manuscrita inédita. Se trata, pues, de auténticas fuentes primarias en el sentido dado por la historiografía a este tipo de investigaciones. Junto al material de «archivo», se incluirá también el testimonio en retrospectiva de los mismos actores, junto a comentarios, reportajes y demás materiales elaborados en los años posteriores a la desaparición del Rock Subterráneo limeño, publicados en medios de prensa escrita, televisiva y en internet.

Finalmente, no me queda sino decir que un trabajo de este tipo no puede ser realizado por una sola persona ni por un solo blog. Se agradece de antemano toda colaboración que contribuya a enriquecer este proyecto a través del envío de documentos (escaneados y/o transcritos), lo mismo que comentarios o reflexiones a partir de los textos publicados, los cuales podrán ser incluidos como artículos independientes y sus autores, si así lo desean, como colaboradores.