jueves, 31 de julio de 2008

JOSÉ EDUARDO MATUTE Y SU REPORTE SOBRE LA MOVIDA SUBTE EN UNA REVISTA YANQUI (1985)

Tenemos aquí el reporte sobre la escena subte peruana enviada en 1985 por Matute, guitarrista de Guerrilla Urbana la misma que formó parte del histórico grupo de bandas fundadoras del Rock Subterráneo limeño junto a Leusemia, Narcosis, Autopsia y Zcuela Crrada a la famosa revista Maximum Rock'n'Roll de la ciudad de San Francisco (Estados Unidos).

La nota nos traslada a los primeros dos años de la movida, con sentidos comentarios sobre las bandas existentes y el espíritu que animaba a los subtes, el por qué estos no se consideraban a sí mismos «punks», el famoso concierto «Rock en Río Rímac», la próxima aparición de la hoy clásica maqueta «Volumen 1» la segunda en ser editada tras el «Primera dosis» y el generalizado rechazo a la guerra sucia desatada por el Estado peruano contra el terrorista Partido Comunista del Perú «Sendero Luminoso». El texto habla, también, de los tempranos contactos entablados por los miembros de Guerrilla Urbana convertidos en Ataque Frontal desde 1986 con diversos medios de prensa y disqueras independientes del primer mundo, al punto de convertirse, en pocos años, en la banda peruana más editada en el resto del mundo durante la década del 80.

El texto original y su traducción fueron proporcionados por el Chino Jarkor, editor del blog Memorias en Kbps y coeditor del Madruguemos al Tibu.


PERU

Este es el primer reporte que escribo para Maximum Rock'n'Roll, me gustaría contarles qué es lo que está pasando aquí en Lima. A partir del año pasado un nuevo movimiento se ha iniciado en nuestra ciudad. Este movimiento está conformado de bandas punk (como LEUSEMIA, NARCOSIS, ZCUELA CRRADA, GUERRILLA URBANA, KOLA ROCK, AUTOPSIA y VALIUM), gente que hace fanzines (Alternativa, por Fernando Vial), pintores y amigos.

No somos muchos, quizás cincuenta más o menos pero trabajamos juntos muy de cerca. No somos punks, este no es un movimiento punk. Tenemos una actitud punk y anarquista hacia el sistema pero no somos punks porque nuestra realidad es diferente a la realidad de un punk en otro país. En nuestro grupo hay gente de todas las clases sociales, de diversas realidades pero un sentimiento de rebelión contra cualquier poder sobre nosotros nos une. También nos rebelamos contra las bandas que imitan, contra las que cantan en inglés aquí y en general contra todo lo que no es auténtico y es mediocre. Estamos unidos por un verdadero sentimiento de honestidad, de autenticidad.

Pongo énfasis en el comentario de que no somos punks ya que la gente que va a los conciertos y los medios nos llaman punks. Por ejemplo, una muy conocida revista dijo recientemente: “Los punks versus la policía”, mencionando un concierto donde la policía interrumpió a una banda en medio de una canción ya que estos sintieron que las letras eran “subversivas e insultantes”. La letra dice en parte: “Sucio policía, actúas por conveniencia, defiendes la decadencia, abusas de tu autoridad porque en la otra mano llevas la pistola”. Ese concierto terminó con disparos y tuvimos que escapar.

Nuestra banda GUERRILLA URBANA tocó en ese concierto, como también lo hizo NARCOSIS (quienes fueron interrumpidos). Ellos han editado un cassette autoproducido, el primero en el Perú. Nuestra banda, junto con LEUSEMIA, AUTOPSIA y ZCUELA CRRADA, va a hacer lo mismo. Nuestro movimiento está creciendo rápidamente y estoy seguro que en menos de un año éste será grande. Mi objetivo, como el objetivo de los demás muchachos, es crear y vivir en una comunidad autónoma y anarquista donde las relaciones personales puedan ser auténticas. Esto no es imposible y puede ser alcanzado trabajando duro, permaneciendo lúcidos y con unidad.

El flyer reproducido aquí se llama “Fosa Común”, que significa un hueco profundo en la tierra donde los soldados arrojan a los terroristas muertos y los terroristas hacen lo mismo con los soldados que ellos matan. Esto ocurre porque nuestro país esta en medio de una guerra civil.

Fuente:
Maximum Rock'n'Roll (San Francisco), Nº 27, ago. de 1985 (web de la revista en la actualidad).

domingo, 27 de julio de 2008

ALFREDO MÁRQUEZ Y LOS ARTISTAS SUBTES (2007)

Uno de los temas que motivaron la creación de este espacio fue la difusión de aspectos de la movida del Rock Subterráneo que se desenvolvían de modo paralelo a su escena musical. Como primera entrega presentamos una reflexión tomada del blog de Lucía a partir de la obra y la trayectoria de Alfredo Márquez Espinoza (n. 1963), uno de las más importantes artistas plásticos de la movida subte.

Alfredo Márquez es un destacado artista visual con referentes vinculados al lenguaje pop: «pop achorado», «pop huayco» y aquellos movimientos generados en esa perspectiva desde los 70 y 80. Sus proyectos giran en torno a la recuperación de la memoria desde una visión crítica en la que conjuga la imagen y la palabra, estableciendo una línea conceptual y social, apropiándose de referentes e íconos culturales del pasado histórico y contemporáneos.

Márquez es un artista autodidacta con formación en arquitectura procedente de la Universidad Ricardo Palma y ha sido miembro de varios colectivos («Los Bichos», «Los Bestias», «Taller NN», entre otros). En sus propuestas, el diseño juega un papel primordial, desplazándolo en manifestaciones como instalaciones, escenografías para conciertos de rock subte (en Acho y en la «Carpa Teatro» del puente Santa Rosa) y obras bidimensionales, caracterizados por emplear indistintamente la pintura, la serigrafía, la fotocopia, el diseño e impresión digital, el video y la fotografía.
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Los datos sobre Alfredo Márquez fueron proporcionados por el historiador del arte Juan Peralta.
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EL SOBRE ABIERTO DE ALFREDO MÁRQUEZ

Alfredo Márquez presentó su portafolio de trabajo plástico en «La Culpable» (Barranco). Su conocida trayectoria, al menos para las personas relacionadas con el circuito de arte local limeño, desanimó a algunos conocidos míos de asistir. Pensaban que no habría sorpresas, lo cual puede tener que ver con un pensamiento a veces generalizado acerca del llamado "arte político".

Pero ayer había que estar ahí.

Había que ver el comienzo de su carrera, juntando cañas, piedras, maderas y armando perecibles instalaciones alrededor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Ricardo Palma en fotos tomadas sin la conciencia de la importancia del registro de la "obra", junto a amigos entusiastas que hacían lo que hacían por las ganas rebosantes de aprovechar los abundantes materiales de deshecho. La basura que la institucionalidad universitaria descartaba, los restos del orden reacomodados en los espacios que aún no estaban totalmente bajo el control de las autoridades. Lo que ejemplificaba lo que seguiría haciendo posteriormente a lo largo de los años, siempre en equipo y con atención a los puntos flacos de los mandamases.

Recordando cada cierto rato lo (lamentablemente no tan) inverosímil de estar bajo el gobierno de Alan García otra vez, Alfredo nos hacía confrontarnos con imágenes de los jóvenes subtes limeños en los 80 y su relación con algunos artistas, que improvisaban para ellos escenarios con materiales reciclados. Como él decía, nada estable ni aparatoso, sin ningún logo de gaseosa impreso. De una época en que, viéndolo desde ahora, parecía que ni los íconos ni las palabras habían sido tan usadas y cada quien se sentía libre de hacerlo, sin pensar en la posible ingenuidad o carga de pretensión de su uso.

Mientras recordaba mis primeros conciertos punk, alrededor de 1995, cuando Alfredo ya había tomado algunas decisiones ideológicas y estéticas más precisas, alejándose un poco del anarquismo e ímpetu irreflexivo inicial, me preguntaba qué pensaría él de esos conciertos y de los otros tantos que he podido ver en los últimos doce años, con nuevos y no tan nuevos actores y entusiasmos distintos.

Sobre todo me hacía preguntarme desde cuando (qué edad, qué año, qué época) se perdió el derecho a ser ingenuos, o tomamos distancia de la inocencia (o al menos pretendemos hacerlo, acción que en sí conserva bastante de inocente). Pensaba en mis amigos alrededor y lo diferentes que son nuestras ganas de hacer cosas en relación a aquellas. En cómo manejamos nuestras ganas de abrir espacios, de cambiar formas de vestir o bailar porque parece más cercano que cambiar formas de votar y al mismo tiempo pensaba en nuestra racionalidad: preguntándome en qué momento se hizo grande la autoconciencia de la posibilidad comunicadora de cada pequeña acción, gesto, palabra, en cuánto nos frena ese análisis constante y en lo que también tiene de bueno. En lo triste de sentir desconfianza de expresiones sencillas y en lo complejo de la necesidad de encontrar unas propias (¿cómo decir ahora "prohibido prohibir"?).

En la responsabilidad que nos da lo que sabemos, lo que hemos aprendido y que nos distancia de nuestros coetáneos que parecen eximidos de este pensar dos veces antes de hacer, entregados sin culpa ni miedo a la música y ropa de moda, a la fascinación del espectáculo, a cierta inconciencia en el consumo.

La experiencia de estar ahí era intensa, además, por la constante confrontación que buscaba Herbert Rodríguez con sus preguntas: reabrir heridas acerca de las posible filiación terrorista de un amigo de Alfredo o simplemente recordar la imposibilidad de tener claro de qué bando se estaba, y pensaba en mis papás, jóvenes izquierdistas de los 70, y en los modos en que cada uno asume el cerrar esas heridas o el dejarlas latentes, como una agonía pequeñita, incurable pero a la vez motivadora. Herbert hacía hincapié en la incapacidad de los presentes de imaginar lo vivido entonces por nuestra situación privilegiada como espectadores de esa exposición, es decir, como productores y consumidores del arte local: "élite cultural" y por momentos se hacían (inútiles a mi parecer) reclamos sobre la falta de poder representacional del arte "oficial" a las causas colectivas, que Alfredo contestaba sinceramente, dejando la pelota en la cancha de cada uno, en nuestro compromiso particular con el contexto y la necesidad de una búsqueda honesta de traducción de ideas en acción de acuerdo a cada interés o capacidad personal.

Me mantuve casi aguantando la respiración en varios momentos y no hablé cuando Rai nos sugirió a los más jóvenes que comentáramos lo que nos tocaba de lo visto porque tenía demasiadas ideas y sensaciones encontradas. Agradecí la revisión de las imágenes tomadas por Márquez de la prensa local para buscar dignificar una y otra vez a los afectados por la violencia política por recordarme el potencial dentro de cada foto, de cada periódico y otra vez el temor a la sensación de no poder usar algo por su supuesto abuso mediático, pero que en realidad confronta nuestra flojera o comodidad de pensar que no vale que sea usado pues "ya todo se ha vuelto panfleto".

Al final, lo que más me emocionó fue escuchar a Alfredo hablar del amor como motor principal de su trabajo (viéndolo como la causa principal para buscar la dignificación de alguien o algo), palabra poco mencionada en situaciones que involucren al "arte político".

Eso sí era inédito... Y pensar que salió como respuesta a una pregunta que me pareció absurda cuando la escuché, lo que era más coherente aún porque a lo largo de la noche vimos inteligentes resultados del reuso a lo dado por inservible por otros, a lo invisibilizado o considerado sobra.

Después de aquellas tres horas y media parecía casi absurdo salir a beber cervezas, pero al mismo tiempo necesitaba mucho estar con mis amigos... y la noche recién empezaba.

Fuente:
Te Conocí en un Bazar (blog), feb. 2 de 2007.

sábado, 26 de julio de 2008

COMENTARIO SOBRE «CAÍN Y ABEL» EN UN BLOG DE HISTORIA (por JORGE MORENO)

En la San Marcos de mi época, el rock estaba
bien para divertirse, no para investigarlo y
mucho menos para historiarlo”.

Hace algunas semanas tuve el gusto de leer en «El Reportero de la Historia», blog del historiador y periodista Jorge Moreno Matos, una generosa reseña sobre el trabajo que venimos realizando en el «Caín y Abel».

En su texto, el autor recuerda las limitaciones impuestas hasta hace algunos años al trabajo de los historiadores jóvenes –se refiere en particular a los sanmarquinos–, los cuales se hallaban bajo un contexto político e ideológico adverso a la libertad de elección de sus temas de investigación. Reinaba por entonces la historia social, disciplina que en sí misma no tenía ni tiene nada de malo salvo cuando es concebida como el arma que obligatoriamente debe empuñar todo aquel historiador que se sienta realmente comprometido con la urgente problemática social peruana. Los prejuicios académicos e intelectuales eran mucho más fuertes por aquel entonces: el resto de disciplinas debían obviarse, pues nada aportaban al esclarecimiento de las luchas populares del pasado ni, mucho menos, legitimaban el curso seguido por las actuales.

Visto desde esa perspectiva, es muy cierto que el presente proyecto hubiese sido calificado de «sacrílego», de "tiempo socialmente necesario" en desperdicio y, quien esto escribe, “hubiese sido expulsado del paraíso de Sociales” o quizá sometido a escarmiento «popular» (forma de paliza que de popular no tenía nada).


Comentario de JORGE MORENO

Hubo una época en mis tiempos de estudiante que había mucho prejuicio en abordar ciertos temas o utilizar cierta metodología en lo que debía investigar un historiador comprometido con la realidad de un país que atravesaba por un conflicto interno tan agudo que recién hoy estamos conociendo las verdaderas dimensiones y alcances del mismo. Un conflicto además que se podía auscultar plenamente en la San Marcos de los 80. Todavía recuerdo, en ese sentido, la intervención furibunda de un compañero en una clase denostando terriblemente la inutilidad de un libro (que no había leído) sobre 'La historia del beso' publicado en francés recientemente. En el fondo era el temor de caer en la tentación de prestar demasiada atención a las 'modas' que venían de afuera y que tuvo como consecuencia la abundancia de investigadores e investigaciones de historia social sobre casi siempre los mismos temas, generalmente coloniales. Me parece que si no nos atrevimos a más fue porque estaba mal visto, había que seguir con la mita, la estructura o protesta colonial.

No he podido menos que recordar todo esto leyendo Caín y Abel. Los archivos del Rock Subterráneo (1983-1992), un trabajo emprendido por un joven historiador de San Marcos (Sid Misious) que en aquella época hubiera resultado sacrílego y él, quien sabe, hubiese sido expulsado del Paraíso de Sociales. En la San Marcos de mi época, el rock estaba bien para divertirse, no para investigarlo y mucho menos para historiarlo. Y que conste que lo dice quien no tiene el mínimo aprecio o gusto por el rock, en cualquiera de sus variantes (¡qué viva la salsa!).

He escrito esta larga introducción porque hoy un trabajo como éste resulta no sólo nornal, sino incluso es celebrado y bien recibido, sobre todo si se ha abordado con un correcto planteamiento y una acertada metodología como es su caso (su Presentación es toda una declaración de principios y un ejemplo de cómo se plantea un tema novedoso para su investigación histórica). Pero parece ser que todavía subsiste el prejuicio de que hay temas que no merecen ser abordados por un historiador profesional. Es esto o es parte de la cultura 'subte', que no conozco muy bien, que su autor o autores se escuden en seudónimos cuando debieran presentarse en sociedad, sobre todo con trabajos como éste. Sus páginas son de lo mejor que he leído los últimos años sobre el tema y a ser tomada muy en cuenta en cualquier recuento historiográfico que se haga en el futuro. Como dije líneas arriba, para un profano en estos temas su lectura ha resultado una verdadera revelación y me ha hecho sentir más (verdadero) respeto por esta manifestación cultural e, inevitablemente, sentir nostalgia por los años perdidos. ¿Qué otros temas y asuntos dejamos pasar por puro prejuicio o pudor? Se me viene a la memoria, por ejemplo, Julio Cousteau. Pero esa es otra historia.

Fuente:
El Reportero de la Historia (blog), jun. 24 de 2008.

viernes, 18 de julio de 2008

EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO: breve entrevista a LEO SCORIA

El momento esperado por años finalmente ha llegado: Leusemia se presentará esta noche en el auditorio del Parque de la Exposición ante miles de fanáticos con su legendaria formación original, aquella de los años aurorales de la movida del Rock Subterráneo, entre 1983 y 1985. Anteriormente habíamos sido testigos de la reunión de tres de los miembros de la banda en enero de 1995, la primera, y en octubre del año pasado, la segunda, cuando Raul Montañez y Daniel F, dejando de lado los motivos que los mantenían alejados, deciden unirse nuevamente para alegría de todos sus seguidores. Esta vez, es Leo Scoria y no «Escoria», revisen documentos de época quien vuelve al Perú tras una muy larga estadía en las Europas, con la intención de grabar un nuevo disco junto a sus compañeros de juventud.

La celebración de esta noche recuerda no los 25 años de existencia de Leusemia, como repiten algunos incautos, sino el cuarto de siglo transcurrido desde su formación pues, como todos sabemos, la banda dejó de existir entre los años 1986 y 1994. Esperemos que la prohibición de llevar cámaras filmadoras, declarada en los afiches promocionales, anuncie la próxima aparición del DVD correspondiente a la actuación de esta noche pues, creemos, no hay derecho de privarnos a todos de un video histórico que, con todo derecho, le pertenece, desde ya, a la historia del rock peruano.

La entrevista que viene a continuación, realizada por José Gabriel Chueca, fue tomada de la edición de hoy de un diario de circulación nacional, la cual, a pesar de no estar dirigida a un público «leusémico», punk y mucho menos subte, tiene el valor de contribuir a la construcción de la imagen que el público común y corriente se hace del rock nacional heredero de la movida subterránea ochentera.


LEO SCORIA: "HE PROBADO TODO Y NADA
TIENE SENTIDO, TODO ES ABSURDO"


"A mí me jodían mucho en el colegio. Era un huevón. Y hasta ahora soy el mismo huevón. Por medio de un amigo del colegio uno de los pocos con los que podía hablar conocí esta onda de grupos nuevos que se paraban y se pintaban los pelos y hacían esta música violenta y directa. Eso me gustó del punk”, cuenta Leo Scoria.

-¿Cómo supo de Daniel F?
Un hippie que vivía al frente de mi casa y que sabía qué música me gustaba, me presentó a otro hippie que conocía a Daniel (F), que vivía en la Unidad Vecinal. Por ahí salió su teléfono, lo llamé, me invitó a su casa y hablamos.

-¿Cómo eran estas reuniones?
Teníamos 17 o 18. Daniel era un tipo extraño porque no tomaba, no salía y casi no hablaba. Yo era todo lo contrario. Por suerte estaba su hermano, Kimba, que era más o menos como yo: gritón, juerguero. Ellos ya habían grabado un caset, en su cuarto, con una guitarra eléctrica y unos tachos de basura. Daniel me lo puso y yo dije “es la cosa más bacán que he escuchado, quiero tocar con ustedes”. Y me aceptaron.

-¿Recuerda la primera presentación?
Fue en la «Caverna Rock», en el centro [de Lima], subimos después de Up Lapsus. ¿El público? Me acuerdo que por ahí se quitaban, unos volvían, otros gritaban, otros decían “oe, qué bacán”. Pero yo tenía la mente un poco anulada. Me dieron unos retortijones, como de diarrea, pero fue falsa alarma (ríe). Tenía miedo que nos sacaran la mierda. Es la verdad.

-Usted era el punk del grupo. Escribió "Rata sucia" y "Extinción". [Daniel] F es más lírico.
Daniel era más poeta, como ahora, un trovador. Pero estábamos juntos. Sin embargo, yo nunca hubiera seguido tocando lo que hicieron después de que me fui porque no era mi camino.

-¿Qué sentía al ver a los chicos poguear en la nueva escena subterránea?
Era lo máximo. No era que pensáramos que éramos estrellas. Era que, finalmente, hacíamos entender a la gente que podía hacer lo que quisiera. Como siempre estaba borracho y drogado, más por pepas que por huiros y esas cosas, me daba cuenta de poco, me lo contaban todo. Pero seguía. Puedo ser juerguero pero, a la vez, soy deprimido, triste. Me suelo esconder. Prefiero dormir que hacer las cosas. Nunca he pretendido decirle a los demás qué pensar. Solo digo lo que yo pienso.

-¿Por qué se fue del Perú?
Nunca he planeado nada. Leusemia era una cosa del momento. Y era bonito. Pero tuve la oportunidad de largarme estaba asado en Lima. Tenía una enamorada que se fue a Londres y que me llamaba y me invitaba. Junté plata y me fui. Y, allá, ella me mantenía. ¿Qué más podía pedir? Pero me botaron de Londres. Felizmente pude ir a Italia. Si hubiera regresado en ese tiempo, me hubiera suicidado.

-Vive allá desde el 87. ¿Cómo le ha ido?
Trabajo en escenografías porque me gusta pintar. En paralelo seguí con la música, experimentando. No más tradicionalismo del punk –que me da asco– sino minimalismo total. Tuve un grupo, Circus Joy, y llegamos al extremo del extremo, hasta que me aburrí, me deprimí –siempre me deprimo de todo– y me puse a hacer sonido en una casa ocupada. Pero ya lo dejé. Estoy en mi casa, tengo mi piano, una batería electrónica, haciendo una cuestión mía.

-¿Casado? ¿Hijos?
A mí no me hablen de eso. Son falsedades. He vivido con chicas y todo. Ahora he encontrado una chica brasilera por suerte no es italiana con su hija. Somos una pequeña tribu. La pasamos requetebien. Mi hijastra así la llamo- es más metalera que yo, con 14 años.

-¿Cuál es su relación con el Perú?
Al comienzo me daba asco, me quería ir –igual que Roma ahora, me quiero ir–. Y el Perú no es que sea mi tierra, ni que crea en la patria –no creo en nada ni en nadie– pero hay un olor, el olor del aire: me quita el dolor de cabeza que tengo todos los días (se toca la nuca).

-¿Qué tal la invitación de Leusemia?
Esperaba que me pusieran el Sheraton, con chicas calatas, pero no. Es una desilusión (se carcajea). Estoy en un hotelito en Barranco. Pero me divierto, principalmente porque estoy más asado que nunca y regreso a mis raíces con más fuerza que antes, porque en estos años he descubierto lo que es el mundo, la vida, los ajetreos, las mafias... Volver con Leusemia es como si regresara al 85. No he cambiado, lo juro, nada. He probado de todo y, para mí, no tiene sentido alguno. Todo es absurdo.

AUTOFICHA
"Nací en Lima, en el 65. Crecí entre Lince, Jesús María, Pueblo Libre y Miraflores. Estuve en el Franco Peruano. Traté de estudiar geometría en una academia por Canal 5. Somos cinco hermanos. Mis viejos se peleaban todo el día... teníamos problemas económicos. Estuve con Leusemia el 84, 85, 86. Desde el 87 vivo en Roma. Tuve un grupo, Circus Joy, ahí tocaba percusión: latas, barriles, fierros viejos. Escribo mucho pero para mí. Hace dos años, en un incendio, perdí mi casaca del 85".

Fuente:
Perú 21 (Lima), jul. 18 de 2008, págs. 14-15 (ed. electrónica). La fotografía fue tomada de la misma edición del matutino.

domingo, 13 de julio de 2008

LA FINAL DEL CONCURSO DE ROCK NO PROFESIONAL EN LA REVISTA «TELE GUÍA» (1987)

Hacia mediados de la década del 80, la revista peruana de espectáculos por excelencia era, indudablemente, Tele Guía. Por sus páginas desfilaban los integrantes de nuestra farándula chola: actores de teatro y televisión, vedettes, cantantes de todos los géneros y, por supuesto, las bandas de la escena de rock comercial. Aunque muchos no lo recuerden, o no quieran recordarlo, también aparecieron ahí algunas reseñas dedicadas al Rock Subterráneo, como la que presentamos en esta ocasión.

Tomando como excusa la final del 1er Concurso Nacional de Rock No Profesional, el anónimo autor de la nota reflexiona brevemente sobre el desarrollo y crecimiento de la movida subte, aunque llega a confundirla con la movida del heavy metal como si se tratara de un solo movimiento; la escena del metal banger, en la que terminaron incorporadas de facto muchas bandas subtes a inicios de los 90 por un elemental instinto de supervivencia, aun no existía. El optimismo apreciado en el texto duraría muy poco pues, como sabemos, fue durante el Concurso organizado por la revista Esquina que el Rock Subterráneo alcanza su más alto pico, viéndose afectado, en lo sucesivo, por la crisis económica hiperinflacionaria del primer gobierno alanista y sufriría las consecuencias de sus propias divisiones internas. Pero esa es otra historia.

EL GRITO FINAL

Muchas cosas quedaron aclaradas el sábado 10 de octubre en la final del Primer Concurso de Rock No Profesional realizado en el Campo de Marte y que dio como ganador a Voz Propia: que el rock subterráneo ha evolucionado dejando atrás el pésimo sonido ofrecido por ellos durante mucho tiempo; que los músicos han avanzado kilómetros como tales; que los estilos que transitan por esa corriente aumentan en cantidad y calidad; que dentro de esas corrientes la que más adeptos congrega es el rock pesado; que en un futuro no muy lejano los subtes “gozarán” de los “privilegios” que otorga la difusión radial y los conciertos multitudinarios y que, pese a esto, ellos siguen en un obcecado y ciego enfrentamiento con algunos rockeros locales como Río, Feiser y Danai, tildándolos de “enemigos” y tirando por tierra lo antes mencionado. Que la meta final y los caminos empleados para llegar a ella sean diferentes en algunos puntos no les otorga el derecho de crear un ambiente hostil en el rock local y que, lamentablemente, proviene de ellos mismos.

Fuente:
Tele Guía (Lima), 1987.

miércoles, 9 de julio de 2008

FRANKLIN JÁUREGUI Y EL «1er CONCURSO NACIONAL DE ROCK NO PROFESIONAL» (1987-2007)

Contando con el auspicio económico de la Telefónica, el Primer Concurso de Rock Inter-Universidades «Terra Rock 2008», que duda cabe, se ha convertido en el concurso de rock de la presente década. Conviene recordar, sin embargo, otro concurso, el más importante que ha visto el Perú hasta el día de hoy, el mismo que, dos décadas atrás, tuvo el mérito de convocar a bandas de todo el país y de abarcar los estilos musicales mas diversos, la mayoría de los cuales se veían casi completamente excluidos de la programación radial de la época.

El «Primer Concurso Nacional de Rock No Profesional» fue organizado por el «Tallerock», colectivo dirigido por Luis Cornejo, José Peralta y Franklin Jáuregui, director éste último de la desaparecida revista Esquina. Con el auspicio de firmas comerciales infinitamente menos poderosas que la transnacional española, los organizadores consiguen pronto la inscripción de no menos de 120 grupos, los cuales se enfrentan durante varios meses seguidos en la hoy legendaria discoteca «No Helden», quedando doce finalistas quienes disputaron una gran final, frente a miles de asistentes en la Concha Acústica del Campo de Marte Pedro Cornejo llega a hablar de cuatro mil, cuyo resultado muchos objetaron.

Más que una polémica decisión por parte de los jurados, lo realmente cuestionable fue el hecho de que las bases del concurso no consideraran una premiación por géneros musicales. ¿Cómo elegir a la "mejor banda" entre algunas de las mejores agrupaciones peruanas de post punk (Voz Propia), heavy metal (Orgus), hardcore (G-3) o punk (QEPD Carreño) de los 80? Más allá de eso, el concurso no hizo sino reflejar la gran importancia alcanzada por la movida del Rock Subterráneo frente a la mediocre escena de bandas comerciales –con algunas pocas excepciones–, pues los subtes figuraron en gran número entre los grupos participantes, contándose entre ellos a varios que han dejado una huella permanente en la historia del rock peruano. Subtes fueron, también, tres de los cinco grupos finalistas, de donde han salido además dos de los quince músicos incorporados como miembros del jurado del concurso organizado por la Telefónica, es decir, Miguel Ángel Vidal (Voz Propia) y Gonzalo Farfán (G-3) junto a Daniel F y Pipe Villarán, en una especie de reconocimiento y homenaje al concurso de 1987 que debe ser aplaudido.

Han tenido que transcurrir veintiún años para que otro concurso alcance un nivel de organización semejante. Sólo el tiempo dirá si alcanzará, también, su misma trascendencia histórica. Los textos que vienen a continuación fueron preparados por Jáuregui poco antes antes de concluido el concurso, el primero, y conmemorando los veinte años del mismo, el segundo.



1er CONCURSO NACIONAL
DE ROCK NO PROFESIONAL

En un país como éste, donde todo se improvisa y termina haciéndose mal. Donde los antecedentes en cuanto a concursos de toda índole son más que desastrosos, y de rock ni hablar porque no existen excepto uno que otro intento, que no llegaron a buen fin. En un país donde las argollas y la coima controlan todos los medios de comunicación, donde el cabe y la serruchada no se hacen esperar ante cualquier despunte de renovación y cambio; es más que una hazaña lo que han logrado los gestores y productores del evento.

La organización del concurso estuvo a cargo de gente joven y con el deseo de aportar algo a la música hecha en el Perú. Luis «Fanfani» Cornejo, José Peralta G. y el equipo de TALLEROCK consiguieron inscribir 120 grupos de todo el país antes de iniciar las eliminatorias. Esto a primera impresión puede sonar a broma, es en todo caso algo impresionante y al cierre de esta edición habremos visto transcurrir las 12 fechas eliminatorias y actuar a la totalidad de los concursantes, que han hecho derroche de entusiasmo y en muchos casos calidad. Sin haber parado ni un solo domingo, se ha dado inicio a los cuartos de final con los 48 grupos clasificados. Sólo 24 llegarán a las semifinales y 12 a las finales, donde entregarán importantes premios ofrecidos por exclusivas firmas comerciales.

Para la final se espera batir récord de asistencia para un evento local y ésta será efectuada en un lugar grande y adecuado, que aún está por designarse. En cuanto a la calidad del sonido y el peligro de perder el control del mismo, hay que mencionar la eficiente labor que están realizando los técnicos de sonido, quienes han logrado mantener un buen nivel de trabajo, lo que significa igual condición para todos los concursantes.

Las expectativas que se vienen generando a raíz de este evento son cada vez mayores. El auditorio HELDEN, vecino al club rock NO HELDEN, en varias fechas ha estado totalmente lleno.

Los grupos fueron separados por estilos y una sorpresa fue la afluencia de público en las fechas de heavy metal, que dieron muy buenos clasificados. En el camino han quedado otras buenas bandas que por nervios, mala suerte o por estar dentro de una serie muy difícil, no lograron sonar tan bien como en sus ensayos y por lo tanto quedaron descalificados; pero, es ahora cuando más deben tomar en serio su vocación y dedicarse a tocar y crear.

Estos cuartos de final están realizándose todos los domingos a partir de las 7:00 p.m. en la esquina del jirón Chincha y la avenida Garcilaso de la Vega (antes Wilson) en Lima. La mejor forma de ayudar y apoyar al nuevo rock nacional es asistiendo para alentar a estos jovenzuelos que paso a paso están avanzando en este difícil concurso.

A los clasificados les deseo suerte y ya estaremos informando del desenlace de este primer concurso nacional que además de ser emocionante, ha despertado del letargo a toda esa gente que está aportando algo a este joven movimiento rockero, que está tomando un impulso que nadie sabe hasta dónde podrá llegar.

GRUPOS CLASIFICADOS

1 (12-07-87)
Paralelo AB
Salón Dadá
Los Cardenales
Voz Propia
Radio Fantasma
Ultimátum
Los Caballeros
Visión

2 (19-07-87)
QEPD Carreño
Eutanasia
G-3
Luxuria
Flema
NN
Se Busca
La Resistencia

3 (26-07-87)
Mai Mai (Trujillo)
Jerusalén
Tubo de Escape
Estado Crítico
Almas Inmortales
Iunix
Plexo
Simbiosis

4 (2-08-87)
Diario
QEPD
Nepz
Cadena Perpetua
Generación Espontánea
Terry Jeans
Video Cuadro
Apocalipsis (Ayacucho)

5 (9-08-87)
Alternos
Anubis
Orgus
Axis
Dharma
Nexo
Cross
Cuarto Viviente

6 (16-08-87)
Anexo’s
Stop (Pisco)
BJR
Guetto
Allen Band
La Luna
Totus
Ligero


VERANO DE 1987 Y LA NO HELDEN
PRIMER CONCURSO NACIONAL DE ROCK NO PROFESIONAL

Con este nombre tan largo, la revista Esquina y el «Tallerock» llevamos a cabo el concurso de rock peruano más importante de todas las épocas. Ya se habían organizado varios concursos pero todos tenían limitaciones, sobretodo de logística y buenos jurados. Fue entonces que en el verano del año 1987 nos juntamos unos amigos rockeros, bajo la dirección de Lucho Cornejo, José Peralta y quien les escribe esta nota, y decidimos organizar un concurso que marcaría época.

Lo primero que hicimos fue contactarnos y alquilar la legendaria discoteca rock «No Helden», ubicada entre la calle Chincha y la avenida Wilson en el centro de Lima, e inscribimos en este concurso a todos los grupos nuevos de rock que aun no tuvieran grabaciones ni presentaciones profesionales. La convocatoria la realizamos mediante la prensa, la radio y afiches que pegamos en todo el Perú.

La revista consiguió importantes auspiciadores y premios, y con los equipos de José Peralta empezamos la etapa de eliminatorias, todos los domingos durante cinco meses continuos. Y esto debido a que se inscribieron 120 grupos de todo el Perú, los cuales fueron agrupados por estilos en grupos de doce, de los que clasificaban seis cada domingo y así, sucesivamente, hasta quedar con doce finalistas que se presentaron en un súper concierto ante aproximadamente diez mil personas en la Concha Acústica del Campo de Marte de Jesús María, en un sábado de octubre de ese 1987.

El grupo ganador fue el post punk de Voz Propia, segundo los metaleros de Orgus, tercero los rock fusión de Diario, cuarto los hardcore punk de G-3 y quinto los QEPD Carreño. Luego quedaron, más atrás, Almas Inmortales, Cadena Perpetua, Luxuria, entre otros. El jurado siempre estuvo conformado por gente entendida en la materia, músicos profesionales y comunicadores como Hellen Ramos, Oscar Guerra, Pepe Fumarola, Paul Hurtado de Mendoza, entre otros conocedores de la escena local. La asistencia del público siempre nos acompañó domingo a domingo y sobretodo en la final, como ya les comenté, y así la revista Esquina logró sacar adelante uno de sus eventos que más satisfacciones le dio.

Algunos de los grupos que destacaron pero que no pudieron acceder a las finales por diversos motivos, fueron: Se Busca, con un chiquillo Rafo Ráez a la cabeza; Oxígeno (Ayacucho), que fue uno de los favoritos que no pudieron viajar a Lima para la final; Flema, Lima 13, Feudales, Tubo de Escape, Plexo, Estado Crítico, Dharma, Radio Fantasma, Mai Mai (Trujillo), Stop (Pisco), Apocalipsis (Ayacucho) e, incluso, un grupo de puras chicas llamado Iunix si mal no recuerdo (para más información busquen las ediciones de la revista Esquina número cuatro, que tiene al grupo francés Cyclope en la carátula, y la edición número cinco, que tiene a U2 en la carátula).

Fuente:
Esquina (Lima), Nº 4, págs. 38-39, 1987; Revista Esquina (blog), jul. 19 de 2007.