domingo, 26 de julio de 2009

EL LEGADO VIVIENTE DE RICHI «LAKRA» (por MARTÍN ROLDÁN)


RICHI LAKRA Y LOS POETAS DEL ASFALTO

Dentro del circuito subte, cuando alguien sacaba un fanzine, auguraba sin temor a equivocarse un hola y chao, un llegaste y ahora te vas. Porque muy pocos llegaron a salir de ese primer número que de efímero parecía ser ya póstumo. De los que pasaron esa barrera recuerdo a
Termonuclear zine, de los hermanos Vidal, o la Cuero Negro del recordado «Pino» y Oscar Reátegui, entre otras.

Los fanzines generalmente eran de música, algo de poesía, cultura alternativa o comics. Pero muy pocos fueron exclusivamente de poesía y literatura, y sobre todo, exclusivas en el culto con un escritor en especial. Es el caso de
Poetas del Asfalto.

Por lo que sé, este fanzine siempre estuvo vinculado a la figura de Charles Bukowski, pero también a aquellos poetas que de eructar versos, también eructan alcohol en su eterna bohemia de calles y bares. Sobre todo su equipo de editores. Pero más allá de esa costumbre, nada ajena a aquellos que crecimos en las sucias calles, como siempre nos recuerda Richi Lakra, por sus fotocopiadas páginas han pasado poemas y artículos interesantes.

Y ahora llega a mis manos el número 50, haciendo de este fanzine el más longevo de los que se hayan editado en el Perú, si es que no me equivoco. Son doce años que no han sido por las huevas. Además coincide con el medio centenar de la existencia de ese pequeño y esmirriado ser. Aquel blablador que se dirige siempre a su interlocutor con un Doctor o te refuta con un respetuoso: "usted es un desgraciado". Hablo de Richi Lakra.

Subte convicto, confeso y también confuso, el Lakra ha ido batallando con su fanzine bajo el brazo a lo largo de estos años. Asiduo circunstante de los conciertos subtes del «Hueco», la peña «Huascarán», y todos esos escasos recitales donde una sorpresiva batida policial era el motivo común para que acabaras durmiendo en una comisaría de Lima.

Con su célebre grupo de poetas suicidas del cerro El Pino, llamados los Caballeros de la Mesa Cuadrada, entre los cuales se encontraban el «Ángel de Mierda» (fallecido) y el «Ochandarte», entre otros, se vinculó a la mancha de los Eutanasia. Tanto así que un incendiario manifiesto iniciaba la primera y única maqueta de los eutanásicos. Es más, la letra de ese himno punk titulado "Ratas callejeras" fue coescrita por ese bebedor empedernido de tragos con sabor a chinaskis y Bukowskis. Escritor por el cual tiene tal devoción que no dudó en bautizar a su hija con el nombre de uno de los libros del gran viejo indecente:
Barfly (Mosca de bar).

Reconocido por muchos y ninguneado por muchos más, el Lakra de alguna u otra forma es parte de esa historia inédita del movimiento subterráneo. Por eso va este reconocimiento a su inclaudicable compromiso con sus poetas del asfalto y también a los que lo acompañan, como Lucho el «Primo» Mujica; el excelente dibujante Fernando Laguna; Charles «Velorio» Barzola; Junior «Rotten», Hans «Polilla», entre otros.

Y así, algunos lo consideren un loco de los bares, un poeta del racumín, un hablador del smog o un alucinado de las veredas, podemos decir que el buen Richi Lakra, o Ricardo Vega como prefieran, es parte de esta Lima caótica y cada vez más peligrosa. Pero entrañablemente acogedora, para los que aprendimos a caminar por sus calles entre ritmos de punk rock, versos de Jack Kerouac y el filo, cada vez más cortante, de la navaja.

Fuente:
Generación Cochebomba (blog), mar. 16 de 2009.

sábado, 18 de julio de 2009

EL ROCK SUBTERRANEO Y EL METAL BANGER O UNDERGROUND (por RUBEN ROBLES)

Esta nota tiene que ver directamente con el texto anterior. Su autor es Rubén «Peluca» Robles, viejo amigo de los días de universidad y, sobre todo, banger hasta la muerte. Habiendo conversado sobre el objetivo del blog, nos planteamos la posibilidad de integrar a las bandas de la vertiente underground del metal limeño y su escena en el proyecto. El asunto parecía marchar sobre ruedas pero, muy pronto, nuevos intereses terminaron por distraer el propósito del amigo, así que el comentario sobre el blog por él publicado quedó esperando el momento adecuado para ser incluido en el Caín y Abel. Pues, bien, esta semana uno de esos «intereses» se materializa, finalmente: el hombre se casa, así que no nos queda sino felicitarlo de todo corazón y rogar para que Fabiola -ese es el nombre de la incauta- le permita seguir perdiendo el tiempo en proyectos cojudamente nostálgicos, e historiográficos, como este.


CAÍN Y ABEL, HISTORIAS SUBTERRÁNEAS

ROCK Y ARTE

Siempre he creído que la historia del rock casi es una violenta reseña de la historia del arte y que podría servir para explicar aquellos cambios que hicieron pasar del barroco al neoclásico y del romanticismo al modernismo u otros estilos artísticos.

Y, es que la del rock es una historia en la que los cambios generacionales son más violentos, las tendencias menos duraderas y los resultados los mismos que en cualquier forma artística. Pasar de lo simple a lo complejo, de lo complejo a lo simple y en cada una de estas etapas, ir de lo innovador a lo soso y repetitivo.

En todos estos casos, los críticos van a la retaguardia. Cuando los críticos logran racionalizar y explicar un fenómeno, ya un arte nuevo está surgiendo en otro lado, indómito y oculto.

En cualquier forma de arte, se dice que las obras que empiezan una corriente son novedosas, exigen la atención del creador y del que las capta -oyente, lector, como quiera que se le llame- son frescas y su frescor no deriva de otra cosa que de la fuerza de lo novedoso (aun cuando sean muy complejas y oscuras). Luego de eso, el arte nuevo es aceptado por una nueva generación que empieza a expresarse de esa manera. Pasado un tiempo, sin embargo el arte nuevo se hace fósil, lo innovador se deja de lado y se aplican recetas, fórmulas que hacen realizable el trabajo. Lo creativo cede paso a lo normativo.

En el caso del rock, los movimientos contrapuestos han sido más rápidos, de un estilo casi callejero a estilos refinados como el rock progresivo, las bandas han ido sucediéndose a velocidades vertiginosas. Lo que una generación oye, difícilmente gustará a la siguiente generación y, el cambio generacional es muy rápido, a veces de unos cinco años o menos. Las rupturas suelen ser violentas, como ocurrió en el arte en general, con sus estilos antiguos, la diferencia es que en el rock -quizá por su apego a la juventud-, todo es más rápido.

Ahora bien, es claro que eso no implica replanteamientos de gustos. Por ejemplo, yo escucho metal y, porque en los noventas aparezcan el grunge o alguna otra cosa, no iba a volverme grunge, jamás. Los que estamos en un estilo seguimos ahí. Cuando hablo de cambio me refiero a los chiquillos, ellos son los que tienen esa opción abierta.

¿ROCK CON IDENTIDAD?

Hay una forma de rock que implica que te guste musicalmente lo que un grupo de artistas que 'suenan parecido' hacen. Entonces, el que escucha esa música dice “a mí me gusta Roy Orbison”, por citar un ejemplo, o “a mí me gusta el rock clásico”, a secas. Pues, bien, les gusta y punto. Bueno por ellos.

El rock con identidad, sin embargo, implica más que un gusto musical a secas, implica una forma de pensar, de actuar y de relacionarse con el mundo.

Casi todos los estilos de rock con identidad -por no decir todos- se pueden agrupar bajo el rótulo de «subterráneo». Y es que lo subterráneo no es algo que se vende al mejor postor, sino algo que la gente adopta por decisión propia, que lo lleva a buscar a sus iguales y a tomar una actitud. No me extiendo en esos temas, porque definitivamente es mejor leerlos en el propio blog.

CASO PERUANO: EL ESCAPE SUBTERRÁNEO

El contexto en que surge el Rock Subterráneo -incluyo al metal bajo el rótulo de rock- en el Perú es un contexto de crisis política, de debilitamiento de las instituciones. El fenómeno del Rock Subterráneo no puede ser explicado como una cuestión netamente musical, donde el rock era una suerte de escape a la realidad abrumadora.

Esto lo ha comprendido -y me lo comentó con bastante lucidez- «Syd Misious», antiguo compañero de aulas de este caminante, joven historiador sanmarquino, quien ha empezado la tediosa -y a veces azarosa- tarea de recopilar información sobre el rock de aquellos años.

Desde las relaciones del rock con movimientos de izquierda y ultraizquierda, a la opinión de los iniciadores de la movida, en Caín y Abel los propios protagonistas toman la palabra, como para que nos muestren de alguna manera lo que pasaba en esos años.

Es un trabajo arduo, sí. Y es difícil, porque se ubica en un terreno donde lo cercano dificulta la mirada serena. Pero alguien debe hacerlo... ¿quién mejor que un propio subte?

¿Y EL METAL... SUBTERRÁNEO?

Me parecería un exceso hablar del metal subterráneo (o metal banger). Casi diría que si es metal, es subterráneo por antonomasia y que cualquier otra cosa distorsionada tocada por guturales sujetos de cabellos largos que se venden por ahí como pan caliente no es sino pose digna de ser olvidada.

Sea como sea, este Viejocaminante ha sido invitado a colaborar como amigo del blog Caín y Abel. Muy pronto estaremos empezando las entregas correspondientes a la escena metal. Al igual que con el rock, el metal es un estilo con identidad y, si no nos cuidamos, los metaleros tenemos el riesgo de pasar al olvido como un grupo de ebrios que no se cortaban el cabello y que rugían o gritaban como leones enjaulados.

Fuente:
Viejocaminante (blog), ago. 10 de 2008.

viernes, 17 de julio de 2009

ANECDOTAS SOBRE LA «HORDA METALICA» DE MIRAFLORES (por WILLY DEL POZO)


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Un diario huamanguino, lugar extraño para toparse con una crónica que tenga a la ochentera «Horda Metálica» de Miraflores como tema de fondo y, sin embargo, helo ahí. No se sorprenda nadie al ver en el blog el texto que viene a continuación pues, desde un principio, fue la intención de algunos de nuestros colaboradores el integrar al blog material referido a la movida metal banger, con la cual mantuvo el Rock Subterráneo tantas relaciones y coincidencias, llegando a compartir en la etapa final de la movida subte, incluso, los escenarios al verse casi desintegrado el movimiento. Están avisados.
MARIMBA
Después de los conciertos metaleros de las bandas peruanas ochenteras (Orgus, Sacra, Masacre, Letal, Kranium) acudíamos en mancha los miembros de la «Gran Horda Metálica del Perú» a continuar la marcha bebiendo y fumando hasta el amanecer en la Bajada Balta. Siempre estaban el gordo Vidal, el «Ardilla», Jano Torres (cantante de Sacra), Miguel Tuesta (bajista de Masacre); en fin, la gran gente involucrada en esta movida.
Antes de llegar al «Sunset» pasábamos por el bar «La Cárcel» para comprar pisco sour y cubas libres que se nos presentaban en vasos de plástico tamaño Margarito. Entonces las noches se hacían más agradables.
El «Terruco», un pata del barrio, a veces se ponía las pilas para hacer alguna broma a los amigos, sobre todo a los que recién se conocía. Una tarde lo acompañé a comprar marihuana por Barranco; consiguió un tamal compacto, que a su entender era la mejor que se podía pillar en todo Lima. Años después una amiga, fanática del grupo de power metal Helloween me confirmó lo propio, pues al conocer en persona a Andi Deris, cantante de la banda, éste le manifestó que no había en todo el mundo mejor marihuana que la barranquina.
Nos fuimos para el «Sunset» y mientras yo conducía el auto, el «Terruco» iba armando los tronchos sin que se le esparciera la yerba en el asiento, pues era un experto con los dedos para ello. Me contó que le apetecía joder a Tito, un pata infaltable en las noches sunsetdianas que recién habíamos conocido. Me dijo que tenía en los bolsillos hojas de eucalipto y que iba a liar un porro para dárselo a Tito haciéndole creer que era un “señor troncho”.
Llegamos al «Sunset», y, después de darle curso a una maceta de pisco sour y a unos cuatro canutos en medio de la gente distinguimos a Tito. El «Terruco» lo llamó y le dijo que tenía la mejor marihuana de Lima. Se apuntó al toque y nos fuimos al carro para fumar. Mi cómplice nos repartió un kete a cada uno como si fueran fallos, y empezamos a jalar. Tito comenzó a decir que la marimba estaba de la puta madre, se empezó a cagar de risa e incluso los ojos se le achinaron.
El «Terruco» y yo nos sumergimos en una risotada esperpéntica, tanto que incluso nos atoramos con el humo concentrado en nuestros pulmones. Al terminar el más feliz era Tito, nos llevó a su grupo para invitarnos unos «rocachos» (cubas libres, tomaron ese nombre a partir de los conciertos de rock hechos en la Plaza de Toros de Acho, «RockAcho»). Ahí delante de sus patas el «Terruco» no tuvo compasión de Tito y lo humilló públicamente. Le dijo que lo que había fumado no era marihuana sino el peor y más asqueroso eucalipto que había conseguido de una vieja ambulante y que no sea inútil y más bien aprendiera a reconocer lo que se metía al cuerpo.
Lo lorneó de tal manera que a poco estuvieron de agarrarse a golpes. El «Pato», otro vecino del barrio, también era infaltable de los conciertos metal, una noche levantamos juntos a Úrsula, una gordita muy querida en la «Horda Metálica». A él no le interesaba la hembra para nada, pero detectó la presencia de un tamalazo en su bolso y quiso apropiarse del mismo a como dé lugar. Como los tres vivíamos por San Borja de inmediato le propuso regresar juntos a la casa. En el camino de retorno, el «Pato» me pidió que me agarrara a la gordita mientras él birlaba el ansiado tamal y luego se iría a un parque para armar los canutos. Bajó del coche y como buen amigo empecé a enrollarme con ella.
La situación se tornó incómoda pues el espacio reducido del carro no permitía acrobacia alguna, y más aún si la mujer de turno duplicaba a uno en anchura; sin embargo el polvo fue memorable. Úrsula tenía el cuerpo rollizo aunque sus pechos y sus nalgas eran fortachones.
Pusimos el cassette “Defenders of the faith” de Judas Priest a todo volumen y empezamos a hundirnos en un fornicio tan desgarrador como los acordes de la guitarra de K.K. Downing. Al terminar, la gordita quiso armar un pito y se dio cuenta que el Pato le había hurtado la yerba. “Puta madre, qué pendejo tu pata”, me dijo y nuevamente hundió sus labios entre mis piernas... Mientras tanto el «Pato» daba curso a la yerba en el parque. Ursula y yo sudábamos a raudales compartiendo el aroma de nuestra piel en el carro, hasta que de una forma repentina apareció un patrullero y se estacionó al lado nuestro. No tuvimos tiempo para vestirnos así que solo conseguimos cubrirnos de mala manera con nuestras ropas entremezcladas.
Abrí la luna y conversé con el tombo, felizmente no entró con rodeos y me pidió que le soltase algún billete, al revisar en mis bolsillos no tenía ni un puto inti. ¡La cagada! Úrsula me dijo, ya pues, no seas huevón si no tenemos plata pídele la yerba a tu pata y dásela a estos cojudos.
Me puse mi pantalón, bajé inmediatamente del coche, fui donde el Pato y urgentemente le pedí que me diera el tamalazo o lo que quedaba de él. El «Pato» sorprendido y algo melancólico aunque risueño me entregó el paquete sin titubear. “Esto es lo único que les podemos dar. Es yerba de primera” les dije desprendiéndome del tamal a los tombos que aunque estupefactos, agarraron el paquete y se largaron. Minutos más tarde el Pato se acercaba diciendo con cierta nostalgia: “Es la mejor marimba que jamás había probado”. “Concha tu madre”, sentenció la gorda Úrsula.
Fuente:
Diario Jornada (Huamanga), set. 22 de 2008 (ed. electrónica).

domingo, 5 de julio de 2009

CELEBRACIÓN POR LOS SEIS AÑOS DEL BAR «YACANA» (1): la voz DELPUEBLO





El «Chato» Víctor (ex P.T.K.).

Fotos: Shane Green.

CELEBRACIÓN POR LOS SEIS AÑOS DEL BAR «YACANA» (2): el «TOPO» y su banda KAMINO A LA DESTRUCCIÓN (KADE)




Fotos: Shane Greene.

CELEBRACIÓN POR LOS SEIS AÑOS DEL BAR «YACANA» (3): MONTAÑA y LAS ARAÑAS DE MARTE junto a DANIEL F



De izquierda a derecha: el «Chiky» (sentado), Oscar «Chancho Viejo» y el «Topo».




Fotos: Shane Greene.

CELEBRACIÓN POR LOS SEIS AÑOS DEL BAR «YACANA» (4): VOZ PROPIA y LA IRA DE DIOS



Pepe Abad (baterista de La Ira de Dios, ex Juventud La Caigua y Ataque Frontal).

Ilich (P.D.I.) y Matute (Ataque Frontal y ex Guerrilla Urbana).

Fotos: Shane Greene.

jueves, 2 de julio de 2009

CRÓNICA DEL «AVERNAZO» (por «GALE»)


EL AUDIOFOBIASO


Son las 3:10 pm del domingo y acabo de levantarme después de una noche total de rock’n’roll. Salí del «Distorzion» ya en la mañana, tras pasar brevemente por el «Yacana», estar en «El Directorio» y en la ya clásica «rockola» de Don Lucho, pero lo más importante es que estuve en el mítico «Averno», presente en el conciertazo organizado por la gente de Audiofobia, con todo el punche del mundo en pos de editar el número seis de la revista. En un principio el concierto iba a realizarse en Cailloma y se iba a llamar «Caillomazo», y el cartel anunciaba muchas más bandas como: Odio Ajeno, Adictos al Bidet, Fuerza Skaláctika, Danny Ska y Los Malafama, El Hombre Misterioso –que no figuraron luego en el nuevo cartel–, nuevo cartel que además cambió de locación, lo cual fue genial en el sentido que una linda noche de rock’n’roll es mejor pasarla en las fauces del Averno.


Es así que el «Avernazo» ofreció en el sabroso menú: grunge nirvanero de entrada con Evergreen, banda tumbesina formada por el ex Insecto Urbano Ronald Camus, el «Fumus», que ha venido a Lima a probar suerte y a grabar pronto su primera producción, quienes abrieron el concierto y que, lamentablemente, me perdí por tardón. Felizmente al hacer mi ingreso en el colorido recinto me di con que quien venía era Rafo Ráez que, acompañado por sus Paranoias, subió al escenario que tantos años atrás había pisado –como la mayoría de bandas locales– y arremetió con temas de su «Chasqui changes»: “La chica de mis sueños”, “El caminerito”, “Los planetas” –interpretada brutalmente–, también con una versión mas rockera de la clásica “Cuanto de mi es solo tu voz encarnada en mi” y, cerrando con otro clasicazo de los noventa, “Señor Merengue”. Como siempre Rafito desparramando energía, actitud y, sobre todo, simpatía a borbotones.


«El Averno» reventaba en gente, en rock, y el pogo no se hizo esperar, apretujado y acalorado solo me podía preguntar si el lugar resistiría a quienes cerraban el concierto: los Aeropajitas…, pero habría que esperar. En el sonido estaba el señor Aníbal Dávalos quien, tras Rafo, subió al escenario con su mancha cumbiacore: los Barrio Calavera. Primera vez que veía un show completo de la banda y no hay duda en que los Calavera te arman el tono como sea: ska, cumbia, punk, hardcore, todo licuado y fusionado. Si se puede entender la cumbia con actitud punk rockera, se puede entender a este Barrio que hizo bailar, saltar y poguear al público.


Tras esta dosis de sabrosura achorada, era el turno de Suicidas, banda punkeke de El Agustino que con varios años tocando tenía, al parecer, seguidores que se sacaron la mierda, para beneplácito de la banda y de los fotógrafos que hacían su chamba desde el escenario –clásicos: el «Avión» García y el «Chino» Valderrama–. No podría concebirse una velada de este tipo en «El Averno» sin altas dosis de punk, y Suicidas aporto lo suyo con creces. Y hablando de dosis y de punk rock, para cerrar con broche de oro, era el turno de los Aeropajitas (ya que el hip hop de Fucking Clan fue el ausente de la noche; dicen que llegaron, se fueron y no regresaron, lo cual sería lamentable y dejaría mal a los Brothers, que no creo hayan pensado que «El Averno» no era lugar para su lírica Yo!! ).


Tras mucha chela, mucho pogo, y mucha buena onda entre los presentes –algunos que volvieron después de mucho, como el caso de Cesar N– era el turno del plato de fondo, los cada vez mas rockanrolerazos Aeropajitas, que están con una formación de lux: los de siempre Luigi (bajo) , Macha (voz), Eduardo (guitarra), quien tiene bastante tiempo con la banda e integra también Asmereir –bandaza que se junta cada verano a la llegada de su vocalista desde los yunaites– Gonzalo; nuevo baterista también de la banda Mortero, de estreno y Gonzalo Alcalde (ex Melchor Malo, Manganzoides y actual miembro de Los Protones), que se ha integrado a la banda enriqueciendo bastante el sonido aeropajero y llevándolo cada vez más hacia el camino del rock’n’roll y dejando lo hardcore o punk como mera actitud sobre el escenario más que como lenguaje musical, lo cual creo es donde mas cómodos se sienten los Aeropajitas. Como me comento Macha después del concierto: “cada vez mas rockanrol que punk”, menos pogo y mas baile, ¿no Macha? La banda dio un conciertazo, con temas clásicos como “La carreta”, “Los buitres”, “Resistencia”, así como temas de su último disco.


Si bien nunca fui fanático de la banda y los había visto poco desde su regreso de los Estados Unidos, sabía que eran una banda de peso, y con los años pude verlos en vivo y corroborarlo, y sobre todo en esta última etapa con Eduardo y Gonzaleo. Creo que la banda está en su mejor momento y en vivo te transmiten la fuerza y la actitud que a veces uno olvida, esa fuerza de enfrentar lo que te jode, lo que te duele y que no puedes evitar sentir, de hacer catarsis neceándote con toda la concha del mundo; y sobre todo sin entrar en rollos politiqueros… Simplemente en una actitud hacia la vida en lo más mínimo; creo que al ser tu mismo y nunca dejarte vencer eres mucho mas punk que cualquier tipo disfrazado de Sid Vicious. En pocas palabras, es cuestión de RESISTIR y Audifobia resistirá, de eso estoy seguro. Salud.


Fuente:

Audiofobia (blog), abr. 18 de 2009.