miércoles, 17 de marzo de 2010

COMENTARIOS A LA 1ra ANTOLOGÍA DEL ROCK SUBTE (3): "La historia del Rock Subterráneo, 1985-1992" (por ÓSCAR GARCÍA)


Todo intento de trazar una historia del rock peruano debería hacer una pausa en la primera mitad de los ochenta, época marcada por cambios sociales y estéticos que propiciarían el surgimiento del Rock Subterráneo. Al respecto, hay factores que podrían explicar la aparición de esas precarias bandas amateur que inundarían la ciudad con su insolencia, sus gritos destemplados y sus prédicas antisistema: por un lado, estaba la decepción ante las promesas no cumplidas de la democracia, luego de que en 1980 el poder regresara a la civilidad. "¿Esta es la democracia que tanto esperaban?", gritaba por entonces Autopsia, una de esas primeras bandas movidas por el desencanto. Otro factor clave que ayudó a la eclosión fue la sencillez de ejecución del recién asimilado sonido punk y hardcore, y la apertura de espacios nuevos, que permitieron en la práctica que cualquiera con un instrumento pudiese subir a un escenario. El presente CD es una antología de los mejores representantes de esa época: desde los primeros discos/maquetas publicados en 1985 por Leusemia y Narcosis, pasando por otras bandas capitales de la movida como Guerrilla Urbana, los citados Autopsia y Zcuela Crrada. Pero el subte tuvo varias oleadas y en su mejor momento fue una primavera utópica que cobijó a varios géneros: el hardcore de G-3 y Ataque Frontal; el postpunk de Voz Propia y Feudales; el folk de DelPueblo, y varios más, todos incluidos aquí. El sonido de la compilación es áspero y desprolijo. No podría ser de otro modo. El discurso subte nació en la precariedad técnica y estuvo por ello mismo revestido de una forma que le hacía entera justicia a la crudeza de su mensaje. Indispensable.

Fuente:
«Somos», suplemento de
El Comercio (Lima), Nº 1214, mar. 13 de 2010, pág. 12.

martes, 16 de marzo de 2010

COMENTARIOS A LA 1ra ANTOLOGÍA DEL ROCK SUBTE (2): “La guerra del Rock Subterráneo” (por ÁNGEL PÁEZ)


Los que no vivieron la guerra desatada por senderistas y tupacamaristas y los militares tienen una oportunidad excepcional de escuchar cómo era el sonido del espantoso periodo, entre dinamitazos a bancos y tiendas comerciales, apagones sistemáticos e insufribles, asesinatos selectivos de autoridades, represión indiscriminada en forma de detenciones arbitrarias, desapariciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales, y la invasión del miedo hasta en la sopa. Escuchen: «La Historia del Rock Subterráneo, 1985-1992» (Ya Está Ya Producciones/11 y 6 Discos), que precisamente refleja la etapa más crítica del conflicto, ya que Abimael Guzmán concentró toda la potencia de sus salvajes acólitos en Lima, convencido de que la captura del poder estaba a la vuelta de la esquina. Son 28 las bandas las compiladas con sus temas más representativos. Las feroces letras, el alarido de los cantantes, la rabia de las tocadas, expresan con una verosimilitud atroz esas horas, días, años de espanto cruel. La música de Narcosis, Zcuela Crrada, Leusemia, Guerrilla Urbana, Sociedad de Mierda, Eructo Maldonado, entre otros, a veces se reducen a golpes y chillidos, a imitación de bombazos y gemidos de torturados. En los temas de Eutanasia, Conflicto Social, Ataque Frontal, Materia Orgánica, Feudales, Autopsia, Voz Propia, Del Pueblo, que también aparecen en la antología, destila la violenta angustia de los que están entre los dos fuegos. Había que tener cojones para estar en una agrupación subterránea. El rock peruano en esa terrible época no arrugó, salió a pelear e hizo historia.

Fuente:
Suplemento «Domingo», La República (Lima), mar. 14 de 2010, pág. 30.

lunes, 15 de marzo de 2010

COMENTARIOS A LA 1ra ANTOLOGÍA DEL ROCK SUBTE (1): “Desde abajo de la tierra” (por RAFO VALDIZÁN)


Lo que tenemos entre manos es un documento histórico. Un manifiesto “underground”. El retrato de una Lima no oficial, de circuitos alternos, en los que transitaban tipos inconformes, oscuros y hastiados de la complacencia que se respiraba sobre la “superficie” (aunque esto es un decir, pues el rock peruano ha sido en general ninguneado por medios como la radio; incluso bandas accesibles tenían que buscarse un camino forzosamente independiente para sobrevivir). Esta antología, de todas maneras, apunta, de hecho, a una estética subterránea per se. Bandas punk, de garaje, pospunk, hardcore, electrónicas. Todo un mundo de asfalto. Llama la atención, en muchos casos, la precariedad del sonido e incluso la urgencia por expeler, a gritos y guitarrazos sucios, toda proclama de rebeldía, utópica anarquía y descarga emocional. En ese sentido, se hacen imprescindibles pistas como “Represión” de Narcosis, “Esta es la democracia” de Autopsia, “Vivo en una ciudad muerta” de Guerrilla Urbana y “Rata sucia” de Leusemia. Y ni qué decir de los inmensos G-3 con “Traicionado”.

Entre los oscuros, no solo se da la bienvenida a bandas consagradas como Voz Propia (“Espejo quebrado”) o Cardenales (“Esperanza de tu ser”), sino también actos como los entrañables Lima 13 (“Belfegor”) y Feudales (“Angustia”). «La historia del Rock Subterráneo, 1985-1992» incluye 29 pistas y termina siendo no solo un tributo a las bandas presentes en la lista, sino también a las que no están en ella y, por extensión, a toda la fauna rockera que debió romperse el alma para sonar, aunque luego fuera tragada por un país en crisis. ¡Va para todas ellas!

Fuente:
El Comercio (Lima), mar. 7 de 2010, pág. C-17.