jueves, 21 de octubre de 2010

REAPARICIÓN EN CONCIERTO de LOS SAICOS en ESPAÑA y su reconocimiento como pioneros mundiales del sonido PUNK


El día 10 de octubre los Saicos hicieron su segunda reaparición en concierto, esta vez en la sexta edición del Funtastic Drácula Carnival, en la localidad de Benidorm (Valencia). El diario ABC, de tendencia conservadora y monárquica, y uno de los más importantes de España, les dedicó hace pocos días una muy favorable nota en donde se destaca su condición de predecesores sonoros del punk a nivel mundial, aunque contribuyen a la difusión de un equívoco con su título ("Perú, cuna del punk").

Es necesario seguir insistiendo en esto último, pues no faltan los incautos que, por desconocimiento, siguen sosteniendo que el «punk» nació en el Perú en 1964 con los Saicos, siendo por tanto estos sus «fundadores», como si el punk fuera tan solo un estilo musical, y no valores y actitud fundamentalmente. Un alcalde de Lince pretendió, incluso, inmortalizar tal absurdo el mismo día en que fueron condecorados los miembros de la banda, en su primera aparición pública (no musical) después de casi cuatro décadas, al develar una placa conmemorativa en la calle donde supuestamente había nacido el «punk». Placa que fue, felizmente, robada al poco tiempo. Los primeros sorprendidos por este tipo de afirmaciones son los propios músicos, como bien dice la nota, prefiriendo Erwin Flores reconocer que musicalmente podrían ser calificados como proto-punk.

Debe corregirse, en cambio, la afirmación realizada por el autor de la nota sobre haber quedado "relegados al olvido durante casi medio siglo", lo cual no es del todo cierto. La fama alcanzada en su tiempo los convirtió en referente ineludible para gran parte de los miembros de su generación, y la siguiente -es decir, la nuestra- perpetuó su recuerdo a través de las inolvidables versiones del clásico tema "Demolición" por Leusemia y Eutanasia, quienes lo convirtieron en un auténtico himno de la movida del Rock Subterráneo limeño. Incluso en un inolvidable comercial de televisión, propalado durante la primera mitad de la década de 1980, podía verse a un niño lavándose el pelo mientras entonaba con furia un sonoro "ta-ta-ta-ta-ta-ta-ya-ya-ya-ya!!!". Es decir que, pese a una nula difusión radial de sus temas durante las dos décadas posteriores a su desaparición como banda, en el Perú nunca fueron olvidados. Que España y el resto del mundo los descubriera a partir de la compilación de sus singles en 1998 es un asunto que no debe confundirse con un supuesto olvido.

Última reedición española de todos los singles de la banda, en una caja de lujo y en su formato original.


PERÚ, CUNA DEL PUNK (por IGNACIO SERRANO)

El «punk-rock» no nació angloparlante. Surgió en 1964, en Lima, donde cuatro
jóvenes formaron Los Saicos. Casi medio siglo después, el Funtastic Dracula
Carnival de Benidorm ha sido testigo de su reunión.

Mientras los Beatles desembarcaban en Estados Unidos, levantando el imperio del pop a golpe de mojigatería con Quiero coger tu mano, miles de kilómetros más al sur, en una barriada de Lima, cuatro jóvenes aterrorizaban al público peruano con una música nunca antes tocada, sórdida,violenta, provocadora, salvaje, avivada por gritos y alaridos casi animales, cuerdas retorcidas hasta el límite y letras que hablaban de asesinatos pandilleros, de fugas carcelarias, de volar estaciones de tren, de incendiar, demoler, destruir y matar. "Era indudablemente diferente a lo que otros estaban haciendo, y nos sabíamos creativos por ello", nos cuenta su vocalista Erwin Flores, ya convertido en leyenda. Desconcertante anomalía en el orden natural de la evolución del rock, Los Saicos protagonizaron uno de los capítulos más insólitos y fascinantes de la historia de la música popular cuando, en 1964, reventaron la cronología de géneros anticipando el nacimiento del punk más de una década, para después quedar relegados al olvido durante casi medio siglo. No debe extrañar, pues, que de ellos se haya dicho que son
"el secreto mejor guardado de los sesenta".

No existía nada parecido en una etapa tan temprana del rock y nadie había practicado un vandalismo sonoro similar a temas como Demolición, El entierro de los gatos, Salvaje, Camisa de fuerza o Fuga de Alcatraz. Auténticas bestialidades a las que no pueden encontrarse influencias previas, lo que convierte a Los Saicos en un fenómeno que aun hoy se antoja casi inexplicable para los críticos.

COMO JAMES DEAN

Tampoco Flores lo tiene fácil para explicar de donde salió aquel engendro y cómo se convirtieron en el primer grupo que tuvo la idea de «atacar» a su audiencia con semejante agresividad (no en vano, comenzaron llamándose Los Sádicos): "Yo creo que viene de James Dean, que siempre tenía que pelear con alguien en sus películas, como en Rebelde sin causa. Nosotros nos creíamos unos muchachos muy rudos, pero en realidad solo corríamos MUY rápido por las calles de Lima con los autos de nuestros viejos. Nuestra música posiblemente obedecía al mismo síndrome".

Sus integrantes nunca pensaron en que tocaban punk, ni siquiera puede decirse que lo originaran, pues no se sintieron «aludidos» cuando el movimiento estalló en el 77, y las bandas surgidas dicho año no recibieron ninguna influencia de ellos. "Pero definitivamente eran una banda punk", es la conclusión de expertos en la materia como el periodista John Hollstrom y el músico y realizador Don Letts, o de gurús del género como Iggy Pop o Lux Interior, que en su momento afirmaron que, a pesar de no haberlos descubierto hasta muchos años después de comenzar sus carreras, reconocieron en ellos a los «verdaderos pioneros»".

UN SILENCIO DE MUERTE

"Sinceramente, nunca relacionamos lo nuestro con el punk que vino luego", admite Flores. "En el 77 yo estaba tocando salsa... Ni siquiera estoy seguro de que lo nuestro fuese punk, quizá proto-punk. Nuestra música era un poco más estructurada. Nuestros gritos, por ejemplo, siempre tienen un propósito musical. Ahora, que para hacerlos tienes que estar medio loco o totalmente chiflado... eso es otra historia".


¿Y cómo pudo ser entendida y tolerada una banda así en la sociedad peruana del 64? Flores lo achaca a que "el ambiente político en [el] Perú era liberal, y el ambiente social aun más. Yo creo que la gente nos encontraba divertidos más que nada, excepto por unos cuantos desajustados que se lo tomaban en serio".

El caso es que, a pesar de su inusual y desafiante propuesta, se convirtieron en héroes. "Mi hermano Harry -relata Flores- trajo a un ensayo a un amigo suyo que era un disk-jockey bastante popular, quien decidió meternos 'de contrabando' en el Festival de la Cadena de Comentaristas de Discos del Perú, donde la industria musical se reunía anualmente para premiar a los mejores de cada cosa. Tocamos Come On, y al terminar, se cernió sobre el teatro un silencio de muerte. Nosotros pensamos que habíamos hecho una cagada total; pero, de pronto, la audiencia entera se alzó en pie gritando y aplaudiendo. Salimos de ahí con contratos de discos y televisión".

El bienio 64-65 fue un paraíso para Los Saicos. "Llenábamos los teatros y la gente gritaba desde que entrábamos hasta que salíamos. Además, estuvimos en la tele prácticamente cada semana". Pero, como mandan los preceptos punk, la criatura murió joven. En 1969, Flores trató de reunir a la banda, pero "fue una estupidez", todo había cambiado. Así que se fue a trabajar a la NASA –casi todo en esta historia es inverosímil-, tocó ritmos tradicionales ocasionalmente, y vio cómo el polvo se acumulaba sobre el legado de Los Saicos.

BAJAR LA OLA GRANDE

Un buen día, sin embargo, se volvió a hablar de ellos. Aunque entre los freaks del vinilismo sesentero siempre ha sido un grupo de culto, no fue hasta el año 2002 cuando resucitó la «saicomanía». Un fanzine peruano les entrevistó ante su sorpresa, y poco después, uno de ellos aparecería en televisión hablando de la historia de la banda.

Pronto fueron apareciendo versiones de aquí y allá, y la fiebre se internacionalizó cuando el sello español Munster editó sus singles, allanando el camino para este regreso que ha puesto los dientes largos incluso a los actuales reyes del garage-punk, los Black Lips, que los idolatran. "Nos han llamado para hacer algo juntos”, dice Flores, pleno de orgullo aunque algo apenado, ya que uno de los Saicos, Rolando Carpio, falleció justo antes de que resurgiese la saicomanía. "Me da mucho mas bronca que pena", dice Flores. "Es una pérdida irreparable, especialmente ahora que volvemos a los escenarios. Es una pena porque ahora estamos tan felices que no cabemos en nuestro pellejo. Este regreso es como bajar una ola grande, bien grande, a puro pecho, sin tabla ni nada".

Fuente:
ABC (Madrid), oct. 16 de 2010, págs. 38-39.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal vez el nexo de "Los Saicos" con las nuevas generaciones no se mantuvo con Leusemia y Eutanasia, sino con el programa "Musicalísimo" de Guillermo Llerena (ex-tecladista de Los Yorks) en Radio Victoria que permite en los 80s hacer escuchar rock en castellano a Daniel F (lo reconoce así en la entrevista con David Noboa que salió publicada como revista).

Incluso da la impresión que la versión de Leusemia es más chongo, ya que el F nunca se ha sentido afecto al sonido de los grupos peruanos de esa época y, más bien, el Kilowatt haya sido quien mantuvo también el nexo e interés por estas bandas ya durante la época subte.

Por otro lado, en el sello Munster Records que sacó esta caja de "Los Saicos", colabora Paul Hurtado de Mendoza (quien era dueño o tenía a cargo - no estoy seguro - de la "No Helden") y esta nota en ABC tiene más tufillo marketero por la tocada en Valencia, la caja de "Munster Records" y el documental "Saicomanía". Entonces, optar por la etiqueta "punk" es buena estrategia de difusión.

Un último dato, el fanzine mencionado al final que rescató la ubicación actual de los Saicos fue el "Sótano Beat" (http://columnabeat.blogspot.com/)

Sid Misious dijo...

Claro, en todo caso podría decirse que Llerena fue el nexo entre los Saicos y el F. Puede ser que para este último el cover de "Demolición" haya sido más chongo que otra cosa, pero no se puede negar que la versión caló profundamente en el público subte, al igual que la de Eutanasia, lo cual contribuyó notablemente a que el legado de la banda perdurara entre los miembros de la movida subte, y a través de ellos en la generación de recambio en los 90 hasta el día de hoy.