ENCUENTRO HARDCORE 2009 - CRÓNICA
Los 90 fueron una época de cambio en el Perú, la violencia política llegaba a Lima y nos abofeteaba con la realidad de una lucha armada que hasta ese momento solo se veía en los noticieros en un lejano lugar llamado Ayacucho; la inflación llegaba a puntos exorbitantemente altos y la economía del país andaba en una recesión nunca antes vista en nuestro país. La primera escena hardcore de Lima había desaparecido y dejaba su lugar a nuevas bandas nacidas de la división de la escena en dos; en ese contexto bandas como Sentido Común se disolvían y daban lugar a nuevos proyectos, algunos un poco más cuajados debido a la experiencia de sus miembros, otras surgidas de la nueva generación de aquellos días de amistad y descubrimiento que se vivía en las tiendas de las, por ese entonces, nuevas Galerías Brasil, bastión del under y del hardcore de Lima.
Es así que surgen nuevos nombres en la escena hardcore de aquellos años, muchas bandas que desgraciadamente, debido a la incertidumbre económica y el aislamiento global que vivía nuestro país, pasaron por la escena sin poder dejar un registro sonoro de su paso por el hardcore de aquellos años. Así, bandas como S.N.A., Nada Tuyo, Sudakas del Odio, Estado de Sitio y otras dejaron los escenarios sin algún registro oficial de su estancia en el mundo del hardcore y del under en general. Pues bien, eso se pudo dejar atrás y nuestra escena hardcore puede disfrutar nuevamente de la presencia de dos buenas bandas de aquellos años. Producto de Ira y Sin Nombre Alguno nos regalaron un show para el recuerdo el último viernes en el «Mao Bar» del Centro de Lima.
El show comenzó con dos horas de atraso, lo cual se está volviendo una mala costumbre de nuestra escena pues cada vez los shows se están volviendo más impuntuales, o quizá, como comentaba con un viejo amigo de la escena de los 90, esto se hizo para hacer recordar aquellos años cuando debíamos esperar horas para el inicio de un show y esperar si todas las bandas anunciadas tocaban realmente, pues muchas veces el cartel cambiaba en el momento y uno se podía topar con la ingrata sorpresa de que tu banda favorita no tocaría. Justamente así conocí a P.D.I., en un concierto en la infame «Helden» del centro de Lima.
Quienes tuvieron el encargo de abrir el show fueron Disengage, banda conformada por miembros de conocidas bandas locales que se presenta muy esporádicamente pero que, sin embargo, presentan shows buenos y bastante intensos, quizá si actuaran más en vivo la gente conectaría más con ellos pues tienen el potencial para hacerse una banda con cierto nivel en la escena. Luego vendrían al escenario los Justicia Inmoral, era la primera vez que veía a la banda y me sorprendió escuchar un punk rock con reminiscencias 77, con letras muy buenas y con la presencia de Raul Loza, conocido baterista local en la percusión; esta banda movió un poco a los asistentes más acostumbrados a sonidos más hardcore demostrando ser una buena banda punk local que abrirá para los Bouncing Souls este miércoles nuevamente en el Mao Bar.
Para este momento los problemas técnicos empezaban a notarse, el sonido no fue el mejor que hemos oído en un concierto hardcore y los problemas con la batería se empezaban a notar. Así tomó el escenario Alhambre, esta banda se ha convertido en un referente en la escena hardcore actual, tiene una buena cantidad de seguidores y su profesionalismo dentro del escenario han hecho de Alhambre uno de los actos más sólidos actualmente; ello justo fue la causa de que debido a los problemas técnicos la banda tomara más de 15 minutos en poder iniciar su show; el pedal de la batería había colapsado y la banda debió tocar con un técnico sosteniendo el pedal durante toda la presentación. Sin embargo, nos regalaron un set completo el cual incluyó un par de temas nuevos que no pude oír sus nombres debido a que los equipos de sonido se encontraban tan mal ecualizados que la voz de Lucho, cantante de Alhambre, se perdía detrás del sonido de los demás instrumentos. Así, las canciones ya conocidas de la banda fueron cantadas de memoria por el público y vividas tal como suele ocurrir en cada una de sus presentaciones, con mucha fuerza; estaremos a la espera de la edición de su nuevo CD, el cual promete salir para abril de este año y del cual presentaron dos temas nuevos, los cuales me sorprendieron gratamente pues incorpora elementos nuevos en su música, como parte más beatdown y propias para el mosh y partes armónicas más trabajadas, lo cual indica una evolución en el sonido de la banda.
Luego de un breve receso, el cual sirvió para tratar de arreglar la batería, tomó el escenario Desarme, llamando a la euforia del público presente. Desarme esa noche se pudo denominar como una banda de enlace pues, debido al prolongado tiempo que llevan en la escena, tanto los miembros de la escena de los 90 como de la actual conocen su música y desataron la euforia general. Fue excelente ver como gente, [tanto] de la vieja escuela como de la actual escena hardcore de Lima se fundían en un slam furioso al ritmo de las ya clásicas canciones de la banda. Desarme demostró un gran dominio de escena así como de profesionalismo, fruto de 20 años de tocar ininterrumpidamente los mismos temas que ya se volvieron himnos de dos generaciones de hardcores. Me alegró escuchar un par de temas nuevos que espero pronto se editen en un ya largamente esperado nuevo disco de esta buena banda crossover de la vieja escuela.
S.N.A. ya había vuelto a la vida el año pasado en la primera edición de este encuentro hardcore; Juan Carlos, cantante de la banda, volvió a Lima después de un tiempo, lo cual nos ha permitido volver a ver a está buena banda de finales de los
Para estos momentos, la furia se había desatado en el pit: gente perteneciente a la escena de los 90 se había apoderado del «Mao Bar», desatando una euforia por momentos incontrolable. Hace mucho que no veía un slam como el de esa noche, incluso pude observar que miembros más jovenes veían con cierto estupor el rito al dolor en que se transformó el centro del «Mao Bar» por momentos. Al terminar el set de Desarme, un miembro de Never Loses me comentó a manera de queja: "la gente vieja es mala". No, no es mala, eso es hardcore; dejar atrás tus frustraciones y tu furia en el pit, divertirte con tus amigos, expandir tu mente y hacer algo por cambiar lo que no te gusta de esta sociedad en la que vivimos.
Se dio el momento en que Producto de Ira tomaba el escenario. A pesar de que el sonido en estos momentos ya era pésimo, P.D.I. me dejaba recordar como allá, por el año 1992, los veía por primera vez en una discoteca del centro de Lima: no sabía quienes eran, no estaban en el cartel oficial, pero tomaron el escenario y a pesar de también tener problemas técnicos aquella tarde de invierno, me impresionó la fuerza de la banda y, a la vez, ver que incorporaban algo inusual en bandas hardcore durante aquellos años, partes lentas y arpegiadas seguidas de furiosos solos de guitarras. P.D.I. nos brindó un set-list casi idéntico a su único demo en vivo, editado y por mucho tiempo perdido, hasta que algunas copias digitales del mismo han empezado a circular por ahí. Canciones como “Pilsen Callao”, “[Yo] no soy un criminal”, “Mirando hacia atrás”, “El tiempo enseñará”, “Uno más” y “No entres al círculo de violencia”, nos hicieron recordar una época turbulenta, en la cual la violencia política nos tocaba a cada uno de nosotros y no podías permanecer indiferente ni dejar de tener una posición política. Nos recordó que el hardcore no solo es introspección, sino también hacer algo por tu entorno, por hacer de tu país, de tu ciudad, de tu barrio, un lugar más justo y libre. Nos recordó que se puede hacer hardcore rompiendo las reglas del estilo y darle calidad a tus composiciones, y desató la alegría de los presentes y la nostalgia por una época muy buena dentro del hardcore local así como esperanzas en nuestra pequeña pero activa escena actual. Cuando vi a Rodrigo Vinces tomar el escenario y reencontrarme con gente que no veía hace quince años, por lo menos, me di cuenta de lo viejos que estamos pero, como le dije a un amigo, aún estamos aquí y la escena sigue viva. Con caras nuevas, con caras antiguas que se dejan volver a ver, la escena crece y debemos alegrarnos por eso.
No pude ver a Dios Hastío, pues una lesión en uno de mis codos me hizo regresar a casa antes de que acabara el concierto, lesión que al día siguiente me llevaría a una clínica local y motivó que esta crónica haya demorado tanto en salir, pero valió la pena, y valdrá la pena cualquier otra lesión que sufra siempre y cuando me la cause con mis amigos dentro de un show en una escena que se renueva y sigue viva después de muchos años y, espero, siga así por mucho más.
Fuente:
Never Loses (blog), feb. 9 de 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario